El Papa Francisco se embarcó este viernes en la primera visita de un pontífice a Irak, el viaje más arriesgado desde su elección en 2013, afirmando que se sentía obligado a hacer la visita “emblemática” porque el país había sufrido mucho durante demasiado tiempo.
El pontífice calificó a Irak de “cuna de la civilización”, en la primera jornada de su viaje, esperado desde hace “mucho tiempo”, para animar a su minoría cristiana y profundizar el diálogo con los musulmanes.
Su primera parada después de que su avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Bagdad fue para reunirse con el mandatario iraquí, Barham Salih, en el palacio presidencial, quien lo llamó un “apreciado huésped”.
El papa abogó ante las autoridades iraquíes por que “nadie sea considerado como un ciudadano de segunda clase” en un país musulmán, donde los cristianos ya solo representan el 1% de sus 40 millones de habitantes.
“Es indispensable asegurar la participación de todos los grupos políticos, sociales y religiosos, y garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos”, agregó el pontífice argentino.
Irak desplegó a miles de efectivos de seguridad adicionales para proteger al Papa de 84 años durante la visita, que se produce después de que una serie de ataques con cohetes y atentados suicidas hicieran temer por su seguridad. El alza en los casos de COVID-19 también es una preocupación.
Una caravana con decenas de vehículos acompañó a Francisco desde el complejo aeroportuario, que ha sido atacado recientemente con proyectiles por grupos milicianos.
“Estoy contento de volver a hacer viajes”, dijo en breves comentarios a los periodistas a bordo del avión. La pandemia de coronavirus le ha impedido viajar y la de Irak es su primera salida de Italia desde noviembre de 2019.
Este es un viaje emblemático y es un deber hacia una tierra que ha sido martirizada durante tantos años
dijo Francisco
Francisco, que suele insistir en usar autos simples y pequeños en sus viajes, fue conducido al palacio en un BMW sedán blindado, dijeron funcionarios de seguridad.
Mientras andaba junto al presidente, se vio cómo Francisco cojeaba de forma destacada, lo que indica que su ciática podría estar molestándole otra vez. Su salud le obligó a cancelar varios eventos este año.
El viaje relámpago de Francisco lo llevará en avión, helicóptero y posiblemente en coche blindado a cuatro ciudades, incluyendo zonas a las que la mayoría de los dignatarios extranjeros no pueden llegar, mucho menos en un espacio de tiempo tan corto.
Francisco celebrará una misa en una iglesia de Bagdad, se reunirá con el principal clérigo musulmán chií de Irak en la ciudad meridional de Nayaf y viajará al norte, a Mosul, donde el año pasado el ejército tuvo que vaciar las calles por motivos de seguridad para una visita del primer ministro de Irak.
Mosul es un antiguo bastión del Estado Islámico y las iglesias y otros edificios que allí se encuentran aún sufren las cicatrices del conflicto.
“Hay que construir la justicia, hacer crecer la honestidad, la transparencia y reforzar las instituciones”, manifestó. “Basta de violencia, de extremismos, de facciones, de intolerancias”, también clamó en este país, uno de los más corruptos del mundo y desgarrado desde hace 40 años por la violencia.
Con información de AFP y Reuters