Palestinos rechazaron categóricamente el acuerdo entre Emiratos Árabes Unidos e Israel, calificándolo de “traición” a su causa, incluido su reivindicación de hacer de Jerusalén -anexionada y ocupada por Israel- la capital del Estado al que aspiran.

Rechazaron el pacto por ser parcial e insostenible, al igual que los vecinos árabes de Israel, y provocó temores sobre una mayor escalada en la región.

Desde el jueves comunicaron que retirarían a su embajador de Emiratos e instaron a una reunión de emergencia de la Liga Árabe.

El viernes, después de la oración en Jerusalén, frente a la mezquita de Al Aqsa, los fieles pisotearon fotos del príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed Al-Nahyan.

En la ciudad ocupada de Naplusa, en Cisjordania, varias personas quemaron fotos del jeque emiratí, de Netanyahu y de Donald Trump.

Mientras tanto, en Ramala, Cisjordania, Yihad Husein, un habitante, criticó el acuerdo: “El pueblo palestino ha sido apuñalado por la espalda por los dirigentes de Emiratos. Pero ni este acuerdo ni nada más socavará nuestra voluntad de luchar por la libertad y la independencia”.

Por su parte, Irán y Turquía que apoyan a Hamas, grupo islamista palestino que controla la Franja de Gaza, acusaron a Emiratos de “traición”.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, crítico con Israel y a menudo en desacuerdo con las potencias occidentales, amenazó con suspender las relaciones diplomáticas con Emiratos o con llamar a consultas al embajador en Ankara.

Turquía acusa a Emiratos Árabes Unidos de aceptar este acuerdo con Israel para “servir a sus pequeños intereses”.

El ministerio de Exteriores iraní dijo que los palestinos “nunca perdonarían la normalización de relaciones con el régimen criminal de ocupación israelí”.

Arabia Saudita, primera economía del mundo árabe, no tuvo ninguna reacción. Y, si bien el gobierno saudí  también dio señales de acercamiento en estos últimos años, es poco probable que establezca relaciones oficiales con el Estado hebreo.

A favor del acuerdo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos

Netanyahu celebró un “día histórico”, que iniciaría una “nueva era” para el mundo árabe y para Israel.

Entre otros aliados de Estados Unidos en el Golfo, tanto Baréin como Omán emitieron declaraciones respaldando el tratado.

El controvertido plan para Oriente Medio presentado por Trump en enero ofrecía a Israel la posibilidad de anexionarse el Valle del Jordán y numerosas colonias en Cisjordania ocupada, consideradas ilegales a ojos del derecho internacional.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que esperaba que la suspensión de las anexiones de Israel bajo este acuerdo pudiera ayudar a lograr una solución de dos Estados con los palestinos.

Las anexiones “efectivamente cerrarían la puerta” a las negociaciones entre los líderes israelíes y palestinos y “destruirían la perspectiva” de un Estado palestino viable, declaró.

El presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, que firmó el primer tratado de paz con Israel en 1979, elogió el acuerdo sobre “el cese de la anexión de Israel de territorios palestinos” y dijo que esperaba que trajera la “paz”.

Jordania y Egipto son los únicos dos países árabes que oficialmente reconocieron al Estado hebreo.

Una postura compartida por los aliados europeos de Estados Unidos. La Unión Europea celebró el acuerdo como un paso beneficioso para ambos países y la “estabilidad regional”.

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, juzgó este viernes que el acuerdo de noramlziación de relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos es “una contribución importante a la paz en la región”.