Las acciones de Moderna repuntaron hasta 6.1%, a 249.50 dólares, en operaciones intradía en Wall Street, con lo que la compañía alcanzó brevemente un valor de mercado de 100,000 millones de dólares.

Los papeles del desarrollador de fármacos recortaron su avance inicial y cerraron con un alza de 4.89%, 246.78 dólares por acción, de acuerdo con datos de Investing.com.

De acuerdo con Bloomberg, en el último año las acciones de Moderna han subido más de 220% a medida que diversas farmacéuticas se sumaron a la carrera para desarrollar vacunas contra el COVID-19.

 Moderna, que hace 12 meses era una empresa sin rentabilidad ni productos comercializados y con una tecnología prometedora pero no probada, se convirtió en la segunda compañía en recibir autorización para uso de emergencia de su inmunizante contra el COVID-19 en Estados Unidos.

 En 2021, Moderna podría entregar 1,000 millones de dosis de su inyección Covid y generar 19,000 millones de dólares en ingresos.

La firma con sede en Cambridge, Massachusetts, se ha convertido en un caso poco común entre las biotecnológicas, al llegar a las grandes ligas sin ser absorbida por una empresa más grande y establecida, ni dividir las ganancias con ella. 

Lo que sigue

Para el CEO de Moderna, Stéphane Bancel, la vacuna contra el COVID-19 es solo el inicio, ya que ha prometido que si la tecnología mRNA de su inmunízate funciona, dará pie a una enorme nueva industria capaz de tratar una variedad de condiciones.

Moderna ya tiene fármacos en pruebas para enfermedades cardíacas, cáncer y condiciones genéticas inusuales.

Bancel apunta a convertirse en un líder en la fabricación de vacunas contra virus como el Nipah o el Zika, así como el VIH.

En este apartado, la empresa tiene vacunas para 10 diferentes virus que están en ensayos clínicos en humanos o a punto de lograrlo, entre ellos se encuentran refuerzos anticovid, contra gripe estacional y contra el VIH.

A futuro, indica Bloomberg, los retos de Moderna serán cumplir sus promesas a medida que otros fabricantes invierten en el desarrollo de tecnología mRNA y en un entorno pospandemia en el que las autorizaciones podrían demorar más.