Las monedas digitales privadas, como el bitcoin o los planes sobre libra de Facebook, no deberían ser permitidas en la Unión Europea (UE) hasta que se aborden de manera clara los riesgos que plantean, acordaron este jueves los ministros de finanzas del bloque.
La medida confirma la línea dura de la UE sobre las intensiones del proyecto que lidera la red social de Mark Zuckerberg, que ha recibido críticas de reguladores mundiales por su posible impacto en el sistema financiero desde que se anunció en junio.
No debería entrar en operación ningún plan global de ‘criptomoneda estable’ en la Unión Europea hasta que los retos legales, regulatorios y de supervisión y los riesgos hayan sido identificados y abordados de manera adecuada,
dijeron los ministros en un comunicado conjunto.
Las ‘criptomonedas estables’ son divisas digitales, como libra, que suelen estar respaldadas por dinero tradicional y otros activos, mientras que las criptomonedas como el bitcoin no lo están.
Ante la presión sostenida de reguladores, un cuarto de los respaldos originales de libra -incluidos gigantes de los pagos como Mastercard y Visa- abandonaron el proyecto en octubre.
Estos socios ya abandonaron el proyecto de libra que lidera Facebook
El éxodo dejó solos a Facebook y a otros 20 miembros de Libra Association, con sede en Ginebra, al frente del proyecto, cuyo lanzamiento está previsto para junio de 2020.
No obstante, los ministros del bloque europeo dijeron que podrían considerar las medidas para regular criptoactivos y ‘criptomonedas estables’ como parte de un plan global.
La Comisión Europea ya está trabajando en esta nueva regulación, señaló el comisario de Finanzas del brazo ejecutivo de la UE, Valdis Dombrovskis, a los ministros de Finanzas en una sesión pública de su encuentro en Bruselas.
Los ministros elogiaron también el trabajo del Banco Central Europeo sobre una moneda digital pública, que podría representar una alternativa a las iniciativas privadas.
En un documento presentado a los ministros de Finanzas, el BCE dijo que sería necesaria una moneda digital pública si los pagos dentro de Europa siguen siendo muy caros.