El presidente de Argentina, Alberto Fernández, clamó este jueves por mantener el principio del consenso para las decisiones del Mercosur, un llamado que Brasil y Uruguay consideran “arcaico” y paralizante y que muestra un resquebrajamiento del bloque de integración creado hace 30 años.
“El consenso es la columna vertebral constitutiva del Mercosur, su ADN, su razón de ser. Es una regla. Y menos debemos olvidar esas reglas en un contexto global de gran incertidumbre”, dijo Fernández al instalar la cumbre en la que traspasa a Brasil la presidencia pro témpore del grupo.
Con esas frases, Fernández recalcó la resistencia de Argentina a una mayor apertura comercial que exigen Uruguay y Brasil, países que plantean la posibilidad de negociar individualmente con terceros países o bloques y también reducir el arancel externo común.
“El uso de la regla del consenso como instrumento de veto y el apego a visiones arcaicas de tipo defensivo tendrán por único efecto consolidar el sentimiento de escepticismo y de dudas sobre el verdadero potencial dinamizador del Mercosur”, replicó Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Además, el mandatario brasileño criticó la presidencia semestral que concluyó Argentina este jueves debido a que no avanzó en la flexibilización del Mercosur y prometió que bajo su dirección se trabajará “por el rescate de los valores originales del bloque”, de apertura e integración.
Uruguay, afuera y adentro
La tensión subió al máximo en el Mercosur luego de que Uruguay anunció el miércoles que avanzará en negociaciones comerciales fuera de la zona pese a una decisión adoptada en el año 2000 conocida como 32/00, por la que los socios deben contar con la anuencia de sus contrapartes para sellar acuerdos comerciales con terceros países.
El gobierno de Luis Lacalle Pou “entiende que la decisión 32/00 no está en vigor”, expresó la cancillería uruguaya en un comunicado posterior a una reunión virtual de ministros de Economía y cancilleres del bloque.
La calle Pou intentó tranquilizar este jueves a sus socios, aunque sin dar marcha atrás.
“Uruguay quiere avanzar con el Mercosur, tenemos más fuerza, más dimensión y más poder negociador con el mundo”, declaró el mandatario uruguayo en la cumbre, al asegurar que su país va “a respetar el ordenamiento jurídico vigente del Mercosur”.
Pero resaltó que Uruguay no se detendrá a la hora de emprender negociaciones comerciales. “Con tranquilidad y con un concepto mercosuriano, le queremos decir, como ya fue anunciado ayer, que hacia allá va Uruguay. Ojalá que vayamos todos juntos, pero lo que está claro es que hacia allá vamos”, dijo.
Mercosur de cuatro
En este contexto, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, hizo un llamado a la cohesión y pidió celebrar una cumbre presencial que ayude a acercar posiciones.
El presidente paraguayo agregó: “Estoy seguro de que vamos a encontrar esa vía para seguir avanzando juntos. Paraguay ve al Mercosur integrado por cuatro miembros, no un Mercosur de tres o de dos. No quiero que cuando termine esta cumbre la percepción sea que hubo un retroceso”.
En medio de las tensiones, cada país transmitió por separado el discurso de su propio presidente, contrariamente al hábito histórico del bloque de transmitir en vivo las alocuciones para todos los países socios.
Creado en 1991, el Mercosur representa un mercado de 300 millones de personas, con un territorio de más de 14 millones de kilómetros cuadrados.
Además de sus cuatro socios plenos, integra también a Bolivia como Estado libre asociado, mientras Venezuela se encuentra suspendida.