Hace tres años que no existe una ceremonia de los Oscar sin nominados y ganadores latinoamericanos, pero el impacto de estos premios tiene mucho más alcance que la premiación, ya que la industria audiovisual se ha convertido en una “catalizadora de desarrollo” en la región, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
2019 no es la excepción, y el impacto se hace aún más visible con la cantidad de premios a los que ha sido nominada la película mexicana Roma -que compitió como mejor película, siendo el primer film en español en entrar en la categoría- y su protagonista, Yalitza Aparicio, la primera mujer de origen indígena que participa en esta categoría.
Pero el hecho de que el cine latinoamericano pase por un gran momento impacta por el eco internacional que genera.
Según el BID, el cine, la animación, los videojuegos y la creatividad en general, pueden convertirse en industria clave para el desarrollo de América Latina, lo cual tiene un alcance democratizador, de acuerdo con el director argentino ganador del Oscar en 2010, Juan José Campanella.
El cine y su relación con el desarrollo
“El cine es uno de los sectores de la economía creativa con mayores beneficios para el crecimiento de un país o región. Por ejemplo, se calcula que cerca del 38% del gasto de producción de una película genera ingresos en otros sectores , ya que implica invertir en técnicos, vestuario, música, diseño, además de hoteles y transporte, entre otros”, señala el BID.
La industria cinematográfica es un negocio de aproximadamente 138,000 millones de dólares al año, por lo que no es casualidad que tres de los 20 países que más producen cine sean al mismo tiempo los más ricos de la región: México, Argentina y Brasil.
Aún en países en vías de desarrollo, el cine se ha convertido en un negocio tan importante que ya genera ingresos hasta por 5,000 millones de dólares y crea más de un millón de empleos.
El Producto Interno Bruto (PIB) en México de la industria cinematográfica creció 15%, mientras que el PIB nacional tan solo se elevó 2.2% entre 2015 y 2016, según datos del BID.
Este dato se replica en países de latinoamérica y el caribe en vías de desarrollo.
Cualquier parecido con la realidad, no es mera coincidencia
El análisis de la institución hace hincapié en dos países clave para poder conectar cine y desarrollo: México y Chile.
Mientras Roma se estrenó, un grupo de senadoras presentó una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo que otorga prestaciones a las trabajadoras del hogar. Si bien esta prerrogativa llevaba tiempo tratando de pasar, es posible que la coyuntura fungió como impulso para la misma.
Además, la Suprema Corte resolvió -en un caso histórico- el garantizarles seguridad social a más de 2 millones de empleadas del hogar que no contaban con acceso a este y el IMSS se comprometió a poner en marcha el programa de afiliación,
Roma, del mexicano Alfonso Cuarón, es la primera latinoamericana nominada como Mejor Película en los Oscar
“Es difícil medir el impacto concreto de una película como en el caso de Roma, pero en definitiva es un vehículo para abrir conversaciones y provocar diálogo”, aseguró ante el BID la presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Alexandra Haas.
El cine, como el resto de la Economía Naranja, demuestra que puede ser un motor de desarrollo en la región. Para ello, es necesario implementar las políticas públicas adecuadas que fomenten el ecosistema creativo”, afirmó el BID.