Un colapso de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y el aumento de los aranceles a productos chinos empujaría a la economía mundial hacia una recesión y haría que la Reserva Federal redujera las tasas de interés a cero dentro de un año, advirtieron analistas de Morgan Stanley.
Si bien una escalada temporal de las tensiones comerciales se podía navegar sin mucho daño, una ruptura duradera causaría un dolor grave, agregó el área de análisis del prestamista.
Si las conversaciones se estancan, no se llega a un acuerdo y Estados Unidos impone aranceles del 25% sobre las importaciones restantes de alrededor de 300,000 millones de dólares procedentes de China, veremos cómo la economía mundial se dirige hacia una recesión,
dijeron los analistas del banco en una nota.
En respuesta, el banco central de Estados Unidos reduciría sus tasas hasta cero para la primavera de 2020, mientras que China aumentaría su estímulo fiscal a 3.5% del PIB (equivalente a alrededor de 500,000 millones de dólares) y su amplio objetivo de crecimiento crediticio a 14-15% por año, agregaron.
“Pero una respuesta política reactiva y los retrasos habituales de la transmisión de políticas significarían que no podríamos evitar el endurecimiento de las condiciones financieras y una recesión global en toda regla”, apuntaron.
Una recesión global se define por un crecimiento que se ubica por debajo del umbral de 2.5% anual.
En un escenario intermedio donde los aranceles del 25% sobre 200,000 millones de dólares de importaciones estadounidenses desde China se mantienen en vigor durante tres o cuatro meses, el crecimiento global podría disminuir alrededor de 50 puntos base a 2.7% por año.
Los analistas predijeron que la Fed recortaría sus tasas en 50 puntos base para amortiguar el golpe, mientras que Pekín aumentaría su expansión fiscal total a 2.25% de su PIB, o alrededor de 320,000 millones de dólares.
Morgan Stanley también advirtió que los inversionistas podrían estar subestimando el impacto de las tensiones comerciales de varias maneras.
En primer lugar, el golpe en el sector corporativo de Estados Unidos sería más generalizado ya que China podría poner barreras no arancelarias, como la restricción de compras.
Dada la desaceleración del crecimiento global que seguiría, las ganancias de las operaciones internacionales de las empresas se verían afectadas y no podrían pasar por alto los aumentos de aranceles hasta llegar a los consumidores.
El impacto indirecto también sería “no lineal”, ya que el endurecimiento de las condiciones financieras y la incertidumbre de las políticas afectarán la confianza de empresas en la medida en que se congelan o reducen los gastos de capital.
Nuestro caso base es que la escalada es temporal, pero admitimos fácilmente que la incertidumbre es alta con respecto a cómo podrían evolucionar las negociaciones comerciales. El impacto en el crecimiento global no es lineal: los riesgos están fuertemente sesgados hacia abajo y la ventana de resolución se está reduciendo,
estimaron los analistas.
Con información de Reuters