Los precios al consumidor en la zona euro aumentaron a un récord de 5.1% anual en enero, acelerando la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que responda con una política monetaria más estricta.

De acuerdo con el diario Financial Times, la inflación se vio presionada por el incremento en los costos de los alimentos y la energía; sin embargo, un crecimiento en los precios de los productos manufacturados también incidió en la inflación.

El mencionado crecimiento chocó con las expectativas generalizadas de que la inflación de la eurozona caería a principios de este año, economistas encuestados por Reuters pronosticaron, en promedio, una tasa de inflación de la eurozona de 4.4% para el primer mes del 2022.

Por su parte, en comparación con el mes anterior, los precios al consumidor aceleraron 0.3%, lo que indica que las presiones inflacionarias subyacentes continúan aumentando en el bloque de 19 países.  

Cabe señalar que la tasa de inflación nacional más alta fue de 12.2% y se ubicó en Lituania, mientras que Francia tuvo la más baja y consignó 3.3%.

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Productos, servicios y BCE

Los precios de la energía en la zona euro aumentaron y alcanzaron un récord de 28.6% con respecto al mismo mes del año anterior, mientras que el crecimiento de los precios de los alimentos no procesados ​aceleró a 5.2%.  

Mientras tanto, los precios de los servicios mostraron un incremento de 2.4%; por el contrario,  el crecimiento de los precios de los bienes se desaceleró a 2.3%.

La inflación subyacente, el índice que excluye los precios más volátiles cómo los de la energía y alimentos, firmó una tasa de 2.3%,  cifra inferior a la tasa consignada en diciembre (2.6%), sin embargo, se esperaba que cayera por debajo de 2%.

Bajo el contexto mencionado, es probable que el aumento del costo de vida domine la primera reunión del consejo de gobierno del BCE del año, que se llevará a cabo el jueves.

No obstante, se espera que el banco se ciña a su calendario para mantener las tasas de interés sin cambios mientras reduce constantemente las compras de activos en el transcurso de este 2022.

Respecto a otros bancos centrales, una inflación superior a la esperada ha llevado a la Reserva Federal (Fed) de EU y al Banco de Inglaterra (BoE) a cambiar a una postura de política más “estricta” que la del BCE.  

Se espera que el BoE suba las tasas por segunda vez consecutiva este jueves, mientras que el mercado está descontando cinco aumentos de tasas de referencia por parte de la Fed este año.

El BCE ha rechazado las apuestas de los inversionistas sobre un aumento a las tasas este año, diciendo que no lo hará antes de detener las compras de activos, que planea continuar al menos hasta octubre.

Sin alzas en el BCE

Esta semana, los mercados impulsaron las expectativas de un endurecimiento de la política monetaria de la zona euro, con un aumento en la tasa de depósito del BCE de 0.25%, desde su tasa actual de -0.5%.

Por su parte el economista senior de ING, Bert Colijn, dijo que esperaba que el BCE “rechace las alzas  de tasas anticipadas”.  

Agregó que la caída en la inflación central de la eurozona y la desaceleración en los precios de los bienes mostraron que “todavía no hay evidencia de efectos de segunda ronda generalizados” por los cuales los precios más altos desencadenan fuertes aumentos en los salarios.

Sin embargo, economistas encuestados por el medio esperan que el crecimiento de los salarios se recupere después de que la tasa de desempleo de la eurozona alcanzara un mínimo histórico de 7% en diciembre y una cuarta parte de las empresas de la Unión Europea (UE) reportaron escasez de mano de obra, un nuevo máximo.

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