La bajada de los precios de los carburantes provocó una inesperada ralentización de la inflación británica en agosto, según mostró la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) el miércoles, ofreciendo un respiro a los hogares y al Banco de Inglaterra después que la inflación alcanzara un máximo de 40 años el mes anterior.
Con ello, la tasa anual de crecimiento de los precios al consumo cayó desde el 10.1% de julio al 9.9% en agosto, su primera ralentización desde septiembre de 2021.
La cifra está, además, por debajo de las expectativas de los economistas en un sondeo de Reuters de que siguiera subiendo hasta un nuevo máximo del 10.2%.
We’ve published Producer price inflation, UK: August 2022 https://t.co/Te5ibSvD7n
— Office for National Statistics (ONS) (@ONS) September 14, 2022
Por su parte, el IPC subió un 0.5% entre julio y agosto, en términos desestacionalizados, por debajo de las previsiones de los economistas, que preveían un aumento del 0.6%, al mismo ritmo que el mes anterior.
La inflación general y la inflación subyacente del Reino Unido no han tocado techo todavía. Por lo tanto, el Banco de Inglaterra tendrá que seguir girando las tuercas
dijo Paul Dales, economista jefe para el Reino Unido de la consultora Capital Economics.
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En ese sentido, los precios de los combustibles y lubricantes para vehículos bajaron un 6.8% en agosto, su mayor caída mensual desde abril de 2020.
Además, la libra esterlina se debilitó con la noticia, pero economistas consultados dijeron que esperaban que la inflación siguiera subiendo a finales de año y que el Banco de Inglaterra aún tendría que subir los tipos la próxima semana.
Sin embargo, Reino Unido sigue luchando contra la inflación más alta entre las siete mayores economías avanzadas del mundo, aunque algunos países de la UE —incluidos Países Bajos y España— tienen tasas más altas.
Con información de Reuters