Estados Unidos y China están sumergidos en una guerra arancelaria que sigue escalando y que hasta ahora ha desencadenado una venta masiva en el mercado de valores y medidas que asustan a analistas.
Ahora, los débiles informes de las ventas minoristas de las dos economías más grandes del mundo muestran cómo responden los consumidores.
Especialistas han advertido que las tensiones comerciales podrían seguir socavando el crecimiento de ambos países.
¿Desaceleración estadounidense en puerta?
La perspectiva de la economía estadounidense ha sido atenuada por datos débiles de ventas al menudeo y la producción industrial, lo que llevó a economistas a recortar sus estimaciones de crecimiento del PIB del segundo trimestre.
La economía creció a un ritmo del 3.2% en primer trimestre y pierde impulso a medida que se desvanece el impulso del paquete de recortes fiscales.
Morgan Stanley redujo su estimación de crecimiento del PIB del segundo trimestre a una tasa de 1.2%, desde un ritmo de 1.5%.
Las ventas al menudeo cayeron inesperadamente en abril debido a que las familias redujeron sus compras de vehículos y una variedad de otros bienes, lo que apunta a una desaceleración del crecimiento luego de un impulso temporal de las exportaciones e inventarios en el primer trimestre.
El Departamento de Comercio reveló que las ventas minoristas cayeron 0.2% el mes pasado. Economistas habían pronosticado que ganarían 0.2%. A tasa anual aumentaron 3.1%.
En tanto, los datos de marzo se revisaron ligeramente para mostrar un aumento de 1.7%, el mayor incremento desde septiembre de 2017, en lugar del salto del 1.6% reportado anteriormente.
Excluyendo automóviles, gasolina, materiales de construcción y servicios de alimentos, las ventas minoristas se mantuvieron sin cambios en abril después de una aceleración revisada al alza de 1.1% en marzo. El gasto del consumidor representa más de dos tercios de la actividad económica.
Si bien las fuertes ventas minoristas centrales de marzo fijaron el gasto del consumidor en una trayectoria ascendente en el segundo trimestre, la debilidad del mes pasado sugirió que la recuperación del consumo podría ser moderada.
El gasto del consumidor creció a una tasa anualizada de 1.2% en el primer trimestre, la más lenta en un año.
Morgan Stanley recortó su estimación de crecimiento del gasto en consumo para el segundo trimestre a una tasa anualizada de 1.6%, desde un ritmo de 2%.
La Reserva Federal detalló este miércoles que la producción industrial cayó 0.5% en abril, luego de haber aumentado 0.2% en marzo, mientras que la actividad manufacturera retrocedió 0.5% el mes pasado después de haberse estancado en marzo.
Ventas minoristas de China tocan mínimos de 16 años
En tanto, el país asiático anunció un crecimiento sorprendentemente más débil en las ventas al por menor y en la producción industrial de abril, lo que suma presión sobre el gobierno para que ponga en marcha más medidas de estímulo.
Las ventas de ropa cayeron por primera vez desde 2009, lo que sugiere que los consumidores chinos están cada vez más preocupados por las perspectivas económicas, incluso antes de que la subida de los aranceles en Estados Unidos el pasado viernes ejerciera más presión sobre los exportadores del país.
Las ventas minoristas totales subieron 7.2% en abril con respecto al año anterior, el ritmo más lento desde mayo de 2003, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. Esa cifra fue inferior al 8.7% de marzo y a unas previsiones del 8.6%.
Los datos sugieren que los consumidores están empezando a recortar el gasto en productos cotidianos, desde el cuidado personal y los cosméticos hasta los teléfonos, además de los artículos de gran valor, como electrodomésticos y automóviles.
La debilidad de las ventas al por menor se debió en parte al deterioro del empleo y a la disminución de los ingresos de los grupos de ingresos medios y bajos. En términos de políticas futuras para mantener el consumo como estabilizador de la economía, China podría aplicar recortes fiscales o ayudas a los grupos de ingresos medios y bajos,
explicó Nie Wen, economista de Hwabao Trust.
En general, los datos chinos de abril apuntaban a un menor dinamismo después de unos datos de marzo que sorprendieron positivamente, y habían hecho abrigar esperanzas de que la economía estaba recuperando lentamente su vitalidad y que necesitaría menos apoyos estatales.
En tanto, el crecimiento de la producción industrial en abril se desaceleró más de lo previsto situándose en 5.4% a tasa anual, lo que supone un retroceso con respecto a un inesperado 8.5% registrado en marzo, que resultó el mayor crecimiento en cuatro años y medio.
Analistas habían sospechado que el dato del mes pasado se había visto impulsado por factores estacionales y temporales. Además habían pronosticado que el indicador crecería 6.5%.
Las exportaciones de China se redujeron inesperadamente en abril ante los aranceles estadounidenses y la menor demanda mundial, mientras que los nuevos pedidos de fábricas desde dentro y fuera del país siguieron mostrando señales de estancamiento.
Con información de Reuters y AFP