Estados Unidos y China firmaron este miércoles la fase uno de un acuerdo comercial que busca poner pausa a la guerra comercial entre ambos países iniciada hace casi dos años que ha afectado a la economía global, aunque lo logrado no asegura una paz duradera.

“Hoy dimos un paso crucial, uno que no habíamos dado antes con China”, que va a asegurar un intercambio justo y recíproco, dijo el presidente de EU, Donald Trump durante la ceremonia en la Casa Blanca, en la que anunció que visitará a ese país en un futuro no muy lejano. 

El acuerdo incluye el incremento de las importaciones por parte de China en 200,000 millones de dólares a lo largo de dos años y promesas de que no devaluará su moneda, así como protección a la propiedad intelectual por parte del país asiático.

Trump señaló que el nuevo acuerdo fortalecerá a las empresas de Estados Unidos, pues China también se compromete a combatir la piratería y las falsificaciones de bienes.

Además, las transferencias y licencias tecnológicas de compañías estadounidenses en ese país se basarán en las condiciones del mercado.

En tanto, Estados Unidos dará marcha atrás a la imposición de aranceles sobre algunos productos y apunta a evitar una nueva escalada, aunque las represalias no serán removidas en su totalidad hasta que concluya la fase dos del acuerdo.

El mandatario dijo que esa segunda fase comenzará a negociarse una vez que la primera entre en vigor a mediados de febrero.

El viceprimer ministro chino, Liu He, se comprometió a cumplir a cabalidad el acuerdo que, aseguró, es consistente con las reglas de la Organización Mundial de Comercio.

“Este es el resultado de dos años de arduo trabajo entre ambos países”, subrayó el representante de comercio, Robert Lighthizer.

Lo que falta

El texto en inglés, de 86 páginas, no incluye importantes fuentes de tensiones como el robo cibernético o los enormes subsidios que China otorga a las empresas industriales, que deberán discutirse en la segunda etapa de negociaciones.

Aún no está claro si esa segunda fase se concluirá antes de las elecciones presidenciales de noviembre, aunque es seguro que Trump utilice el acuerdo con China como un éxito que presumir durante su campaña.

“Pero las limitadas concesiones hechas por Pekín y el daño infligido a sectores clave de la economía de EU durante la guerra comercial, incluyendo la manufactura y la agricultura, podrían ser un lastre político”, advirtió el Financial Times.

“China es el gran ganador de la fase uno del acuerdo con Pekín”, dijo Joe Biden, aspirante a la candidatura presidencial demócrata. “Tal como acostumbra, Trump está recibiendo muy poco como resultado del dolor e incertidumbre que impuso a nuestra economía, nuestros agricultores y trabajadores. El acuerdo no resolverá los temas reales en el corazón de la disputa”, afirmó.

Con información de Reuters y AFP