Estados Unidos dijo que el G7 apoyó este jueves las duras críticas expresadas por el presidente Donald Trump contra la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluso el recorte al financiamiento, instando a una “exhaustiva revisión y reforma” de esa agencia de la ONU.

“Los líderes reconocieron que los países del G7 contribuyen anualmente con más de 1,000 millones de dólares a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y buena parte de la conversación se centró en la falta de transparencia y la mala gestión crónica de la pandemia por parte de la OMS”, indicó la Casa Blanca en un comunicado.

“Los líderes instaron a una exhaustiva revisión y proceso de reforma” de la OMS, agregó.

El tema se discutió durante una videoconferencia con los líderes del G7: Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido- que tuvo a Trump como anfitrión.

Trump acusa a la OMS de haber ocultado el alcance del brote de coronavirus en China y de hacerle los mandados a Pekín. El martes, anunció que cortaba el aporte de Estados Unidos a la agencia de la ONU, que en 2019 fue de 400 millones de dólares, el monto mayor de las contribuciones.

Según la Casa Blanca, los otros mandatarios del G7 se mostraron solidarios con la postura de Trump.

Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron dijo este jueves que hay aspectos desconocidos en la gestión por parte de China de la pandemia del nuevo coronavirus.

“No caigamos en esa especie de inocencia de afirmar que era demasiado fuerte [el brote del COVID-19]. No lo sabemos. Y claramente pasaron cosas que desconocemos”, afirmó Macron en entrevista con el diario Financial Times.

El presidente francés se suma así a las exigencias de Washington y Londres, que urgen al gobierno de Pekín a dar explicaciones sobre el origen y el desarrollo de la pandemia.

“Tenemos que examinar todos los aspectos, y de una manera equilibrada, pero no hay duda que todo no puede continuar como si no hubiera pasado nada, y tendremos que plantear preguntas difíciles sobre la aparicion del virus, y sobre porqué no pudo ser parado antes”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, en rueda de prensa tras una reunión telemática del G7.