La atención de todo Estados Unidos y del resto del mundo se centrará esta semana en Georgia, que sostendrá elecciones para dos asientos en el senado.
Los resultados de la elección podrían facilitar la vida a Biden, al otorgarle un empate técnico en la cámara alta, lo que daría a Kamala Harris el voto de desempate. Los electores han estado enviando sus votos desde mediados de diciembre, y las autoridades estatales planean finalizar los conteos esta misma semana.
La ley estatal de Georgia requiere que un candidato obtenga más del 50% de los votos para ser electo, lo que no ocurrió en noviembre, y provocó las elecciones extraordinarias que se llevarán a cabo este martes 5 de enero.
Ambas boletas enfrentan a senadores republicanos con nuevos candidatos demócratas, que pretenden aprovechar la victoria de Biden en el estado, así como los esfuerzos de Stacy Abrams para aumentar la cantidad de votantes pertenecientes a minorías históricamente poco representadas.
“Georgia—si no han regresado su boleta en ausencia, déjenla en un punto de recolección en su condado hoy. Si votarán en persona mañana, hagan su plan hoy. Demos la vuelta al Senado”, publicó el presidente electo Joe Biden en su cuenta de Twitter.
Georgia — If you haven’t returned your absentee ballot yet, drop it off at a drop box in your county today.
If you’re voting in-person tomorrow, make your plan today.
Let’s flip the Senate: https://t.co/RIJ1L4juwB
— Joe Biden (@JoeBiden) January 4, 2021
La primera elección enfrenta al republicano David Perdue, senador desde 2015, con el demócrata Jon Ossoff, director de una compañía de documentales, que tiene 33 años y el año pasado obtuvo el endoso del activista demócrata John Lewis, importante figura de la comunidad afroamericana en el estado de Georgia, antes de la muerte de éste.
Perdue, por su parte, tiene 70 años y fue uno de los primeros en apoyar vocalmente a Donald Trump. Actualmente está siendo investigado por la compra y venta de acciones cuya supervisión recae en comisiones del Senado de las que forma parte. El senador ha defendido su inocencia.
La segunda elección enfrenta a la republicana Kelly Loeffer, a quien el gobernador de Georgia nombró senadora en diciembre de 2019 tras la renuncia del senador anterior, con el demócrata Raphael Warnock. Warnock, pastor de profesión, está a cargo de la Iglesia Bautista de Ebenezer, donde Martin Luther King Jr. predicó. El reverendo también formó parte del New Georgia Project, donde buscaba apoyar el derecho al voto junto con la ex candidata a la gubernatura Stacey Abrams.
Loeffer es dueña de una de las mayores fortunas en el Senado, de acuerdo con la BBC. La dueña del equipo de WNBA Atlanta Dream tuvo un enfrentamiento público cuando las jugadoras de su equipo le exigieron que vendiera su parte debido a su oposición al movimiento Black Lives Matter.
Los comicios han visto una cantidad inusitada de donaciones, especialmente del lado demócrata, dada la posibilidad de ganar un estado donde no han visto una victoria en dos décadas. Las encuestas son lideradas de manera ajustada por los demócratas, aunque miembros de ambos partidos se han mostrado escépticos a las proyecciones debido a lo visto durante la elección presidencial.
Las elecciones ocurrirán luego de que el Washington Post reveló que el aún presidente Donald Trump llamó al secretario de estado de Georgia, Brad Raffensperger, para presionarlo a que buscara la forma de “encontrar 11,780” votos a su favor en las elecciones presidenciales, lo que permitiría revertir los resultados en el estado.
Raffensperger aseguró a Trump en repetidas ocasiones que su derrota fue justa, y calificó los argumentos del presidente como “teorías de conspiración falsas y desacreditadas”.
Trump respondió diciendo que la negativa del secretario representa un gran riesgo para él de cara a las próximas elecciones. “La gente de Georgia está enojada, la gente del país está enojada (…) la gente de Georgia sabe que esto fue un gran fraude”, recalcó.