Desde que el precio del café se desplomó, Guatemala se convirtió en la mayor fuente de migrantes que intentan ingresar a Estados Unidos: más de 211,000 personas fueron detenidas en la frontera suroeste de ese país en los ocho meses de octubre a mayo, de acuerdo con datos del Washington Post.

Uno de los factores más importantes en ese aumento es la caída del precio del café, de 2.20 dólares por libra (equivalente a 453 gramos) en 2015 a un mínimo de 86 centavos este año, aproximadamente una caída del 60%.

Desde 2017, la mayoría de los agricultores en la región han estado operando con pérdidas, incluso cuando muchos venden sus granos a marcas como Starbucks, cuenta el diario estadounidense.

Más de la mitad de la cooperativa de café de la región de Hoja Blanca ha migrado o tiene hijos que han emigrado en los últimos dos años. “Lo que hemos visto es que el problema de la migración es un problema del café”, dijo el jefe de la cooperativa de café Hoja Blanca, Genier Hernández.

Esta percepción también la tiene el gobierno estadounidense y por esa razón la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional ha financiado programas para ayudar a los productores de café.

En los últimos dos años, el precio del café –uno de los mercados de productos básicos más volátiles del mundo– ha sido reducido por el aumento de la producción mecanizada y barata en Brasil, Arabia Saudita, la fortaleza del dólar estadounidense y el aumento de la producción en Vietnam, Honduras y Colombia.

“Una gran parte de la migración que Estados Unidos está viendo en su frontera sur se debe a la caída del precio del café”, aseguró al diario el exdirector ejecutivo de Specialty Coffee Association of America, Ric Rhinehart.

¿Un precio justo?

En 2011 se estableció que el café certificado de comercio justo tendría un precio mínimo de 1.60 dólares por libra; sin embargo, esa suma se paga a la empresa exportadora, no al agricultor, quien recibe alrededor de 1.20 dólares por libra. Esto, mientras la Anacafe (Asociación Nacional del Café) estimó los costos de producción en un promedio de 1.93 dólares por libra.

“Estamos de acuerdo en que, incluso con mayores rendimientos y mejoras de calidad, los precios actuales son demasiado bajos para que los cultivadores de café tengan una vida digna”, dijo la portavoz de Fairtrade International,  Emily deRiel.

A consideración del diario estadounidense, el acuerdo entre Estados Unidos y México para evitar los aranceles, que implica el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera, ha tenido un impacto en los planes de los guatemaltecos de emigrar.

“No puedo convencerlos de que se queden”, dice Gustavo Alfaro, quien vende café a Starbucks y a varias otras compañías especializadas estadounidenses, al Washington Post. “Lo tienen en sus cabezas ahora que el café está muerto. Se han dado por vencidos”.

Esta mañana, en conferencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que la caída de la producción del café es uno de los motivos que detonaron el alza en la migración.

“Eso parece que ha sido uno de los motores más importantes, entonces hay que seguir las fluctuaciones del café, que es una de las actividades más importantes en Honduras y una parte de Guatemala”, destacó el Canciller.