La economía de China aumentó a un ritmo frágil en el segundo trimestre del año, debido a que la demanda se debilitó tanto en el país como en el extranjero, además de que el impulso posterior a la pandemia se debilitó rápido y aumentó la presión sobre las autoridades para proporcionar estímulos para apuntalar la actividad económica.

Las autoridades del país asiático enfrentan una tarea abrumadora por mantener la recuperación económica en marcha y poner un límite al desempleo, ya que cualquier estímulo agresivo podría ponerlo en riesgo de duda. 

El Producto Interno Bruto (PIB) de China creció sólo 0.8% de abril a junio con respecto al trimestre anterior. La cifra publicada por la Oficina Nacional de Estadística fue ligeramente superior a las expectativas de los analistas, que esperaban un aumento de 0.5%, y en comparación con una expansión del 2.2% en el primer trimestre.

En términos interanuales, el PIB se expandió 6.3% en el segundo trimestre acelerándose desde 4.5% en los primeros tres meses del año, pero la tasa estuvo por debajo del pronóstico de crecimiento de 7.3%.  

El ritmo anual fue el más rápido desde el segundo trimestre de 2021, aunque estuvo muy sesgado por los problemas económicos causados por las restricciones por la pandemia de COVID-19 en Shanghái y otras ciudades importantes el año pasado.

Los recientes datos aumentan el riesgo de que la segunda economía más fuerte del mundo no alcance su modesto objetivo de crecimiento de 5% para 2023. 

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Otros datos económicos

Los datos económicos publicados en China junto con las cifras del PIB, señalan que las ventas minoristas crecieron 3.1%; sin embargo, disminuyeron ampliamente desde el aumento del 12.7% en mayo. Los analistas esperaban un crecimiento de 3.2%

La producción industrial incrementó 4.4% en junio el mes pasado desde el 3.5% observado en mayo, pero la demanda sigue siendo  baja. 

La inversión privada en activos fijos se contrajo 0.2% en los primeros seis meses, un fuerte contraste con el crecimiento de 8.1% de la inversión de la entidades estatales, lo que da señales de una baja confianza en el sector privado. 

Los datos publicados este lunes mostraron una recuperación post pandemia inestable, ya que las exportaciones disminuyeron en más de tres años debido al enfriamiento de la demanda en el país y en el extranjero, mientras que una recesión prolongada en el mercado inmobiliario clave ha minado la confianza.

El débil impulso general y los riesgos de recesión global han aumentado las expectativas de que los formuladores de políticas deberán hacer más para apuntalar la segunda economía más grande del mundo.

“Es probable que las autoridades implementen más medidas de estímulo, incluido el gasto fiscal para financiar proyectos de infraestructura de gran valor, más apoyo para los consumidores y las empresas privadas, y algunas políticas de relajación de la propiedad”, dijeron expertos en políticas y economistas.

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