Durante los últimos años el acceso a servicios básicos como la educación y la salud han registrado un deterioro significativo, y sólo en parte es consecuencia de la pandemia de COVID-19, indicó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
A través de su “Análisis Económico Ejecutivo” semanal, el organismo detalló que las políticas públicas implementadas en estos sectores no sólo no mitigaron los efectos de la crisis sanitaria mundial, sino que en los últimos cuatro años han empeorado las condiciones.
Mal uso de recursos en la salud
De acuerdo con el organismo asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el gasto público en materia de salud tuvo un incremento en los últimos cuatro años, sin embargo, no fue bien utilizado y tampoco suficiente para operar de mejor manera y dar mayor acceso a la población.
La respuesta de las autoridades federales ante la pandemia de COVID-19 fue asignar el 2% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que naciones como Senegal, India, Brasil, Chile y Perú destinaron recursos que alcanzaron el 7%, 10%, 15%, 15% y 19%, respectivamente.
El CEESP resaltó que la desaparición del Seguro Popular para dar salida al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) afectó a los derechohabientes desde múltiples frentes.
En primera instancia, más de 20 millones de los 54 millones de personas que se atendían en el Seguro Popular se quedaron sin cobertura, puesto que en 2020 el Insabi sólo cubría 33 millones.
Las consultas realizadas también van a la baja, de acuerdo con los propios datos de la Secretaría de Salud (SSa). En 2022 las consultas externas ascendieron a 51 millones, mientras en 2018 fueron 98 millones.
En múltiples ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha negado el desabasto de medicamentos, sin embargo, en 2018 el 95% de derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó haber recibido todos sus medicamentos por parte el instituto, mientras que en 2022 la cifra se redujo a 79%.
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Impacto en la educación
Si bien es cierto que la pandemia provocó un impacto importante en la educación a nivel mundial, en México el cierre de escuelas fue uno de los más duraderos, con una pérdida en el aprendizaje que equivale a un año.
En el ciclo escolar 2022-2023 la matrícula de la educación básica resultó 1.4 millones de estudiantes inferior a la registrada en el ciclo previo a la pandemia, detalló el CEESP.
La inversión física en educación ha registrado un desplome importante y es parte fundamental del menor aprendizaje en las generaciones que vieron afectados sus estudios a causa de la emergencia sanitaria.
Entre 2013 y 2018 se canalizaron en promedio 14,328 millones de pesos a este tema, mientras que entre 2019 y 2022 la cifra descendió hasta 1,964 millones de pesos.
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