La política de lucha contra el COVID-19 ha hecho perder a China “gran parte de su atractivo” para numerosas empresas europeas, afectadas por la ruptura en las cadenas de suministro y el freno a la actividad económica, según un estudio de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China.

La segunda economía mundial intenta eliminar cualquier foco de coronavirus desde su aparición gracias a confinamientos y test masivos, pero la variante ómicron complica esta tarea.

Además, los confinamientos en decenas de ciudades chinas han provocado “asombrosas perturbaciones”, explica el informe publicado este jueves. 

“La Invasión en Ucrania ha tenido un impacto en las empresas europeas presentes en China, pero el COVID-19 supone un desafío mucho más inmediato y provocó una caída considerable en la confianza de las empresas” agrega el estudio realizado a fines de abril ante más de 370 miembros.

Cerca de una cuarta parte de las personas interrogadas contemplan un desplazamiento de sus inversiones en curso o programados de China hacia otros mercados, cifra que se ha duplicado en dos meses, y 60% ha revisado a la baja sus previsiones de ingresos para este año, y un tercio constata una reducción de sus efectivos, según el estudio.

La mayoría de las empresas han notado también un impacto en las cadenas de suministro, con dificultades para procurarse materias primas y componentes, o a recibir productos elaborados.

“El mercado chino ha perdido mucho de su atractivo para varias personas interrogadas” subraya la Cámara europea de Comercio.

Según el estudio, las empresas también se han visto afectadas por la guerra en Ucrania, que perturba la logística con Europa.

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Pekín cierra metro por contagios de COVID-19

El gobierno de Pekín cerró el 10% de las estaciones de su gran red de metro como medida adicional contra la expansión del COVID-19.

La autoridad del metro indicó en un breve mensaje que se habían cerrado 40 estaciones, la mayoría en el centro, dentro de las medidas de control de la epidemia. No se dio una fecha de reapertura del servicio de transporte.

Pekín está en alerta por contagios de COVID-19. Restaurantes y bares sólo sirven comida a domicilio o para llevar; los gimnasios han cerrado y las clases presenciales se suspendieron de forma indefinida. 

Importantes atracciones turísticas de la ciudad como la Ciudad Prohibida y el Zoológico de Pekín han cerrado sus salas de exposición bajo techo y operan a capacidad parcial.

Sin embargo, en el mundo se reportaron 3.8 millones de casos de COVID-19 en la última semana, la cifra más baja desde que a mediados de noviembre se detectaron los primeros casos de ómicron, la variante dominante en el planeta, según los datos presentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La cifra supone una reducción de 17% con respecto a los contagios registrados en la anterior semana (18-24 de abril), según la OMS, que insiste en su informe epidemiológico semanal que debido a la reducción de test de prueba en muchos países esta caída debe ser interpretada con cautela.

Con información de EFE y AP

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