El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, acordaron el miércoles en su primera cumbre reanudar las conversaciones sobre control de armas y devolver a los embajadores a las capitales de cada país después de que fueran retirados a principios de este año.
La cumbre en Villa La Grange, en Ginebra, duró cerca de cuatro horas, mucho menos de lo que los asesores de Biden habían anticipado.
La programación de conferencias de prensa separadas mostró que no hubo la jovialidad que acompañó a la reunión de 2018 entre Putin y el predecesor de Biden, Donald Trump. Tampoco hubo comida conjunta.
Putin, de 68 años y quien fue el primero en informar a los reporteros, dijo que la reunión había sido constructiva, sin hostilidad, y que mostró el deseo de los líderes de entenderse.
También sostuvo que Rusia y Estados Unidos comparten la responsabilidad de la estabilidad nuclear y que mantendrán conversaciones sobre posibles cambios a su tratado de limitación de armas New START, recientemente extendido.
El líder del Kremlin dijo que Washington y Moscú iniciarían consultas sobre ciberseguridad, y agregó que la mayoría de los ataques cibernéticos contra Rusia provienen de Estados Unidos.
Por su parte, Biden comentó que le había dicho a Putin que “necesitamos algunas reglas básicas sobre el camino que todos podemos seguir”.
En un comunicado conjunto emitido después de las conferencias de prensa, las dos partes dijeron que la reunión demostró que eran capaces de avanzar en objetivos compartidos incluso en períodos de tensión.
Control de armas
El control de armas es un ámbito en el que históricamente se ha podido avanzar a pesar de los desacuerdos.
En febrero, Rusia y Estados Unidos prorrogaron durante cinco años el nuevo tratado START, que limita las cabezas nucleares estratégicas desplegadas y los misiles terrestres y submarinos que las transportan.
Ambas partes habían dicho antes de la cumbre que esperaban relaciones más estables y predecibles.
Putin y Biden se estrecharon la mano antes de entrar al salón donde se desarrolló la reunión. El demócrata mostró el pulgar hacia arriba a los reporteros cuando salió del lugar donde se llevaron a cabo las conversaciones y se subió a su limosina.
La primera ronda de conversaciones, que incluyó a Biden, Putin, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, duró casi dos horas, dijeron las autoridades.
Las conversaciones se reanudaron después de una pausa con el embajador de Moscú en Estados Unidos, Anatoly Antonov, quien fue llamado a Rusia en marzo, entre los presentes.
Las relaciones entre Washington y Moscú se han deteriorado durante años, sobre todo con la anexión rusa de Crimea en 2014, la intervención en Siria en 2015 y las acusaciones de Estados Unidos sobre la presunta intromisión rusa en las elecciones de 2016.
Las desavenencias se agravaron en marzo, cuando Biden dijo que pensaba que Putin era un “asesino”, lo que llevó a Rusia a llamar a consultas a su embajador en Washington. Estados Unidos retiró a su embajador en abril. Ninguno de los dos ha regresado desde entonces.