Para el multimillonario y filántropo Bill Gates, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) perdió su credibilidad como la principal autoridad sanitaria del mundo en momentos en que los ojos del mundo están puestos en la carrera por encontrar una vacuna contra el COVID-19.

“Vimos con las declaraciones acerca de las transfusiones de plasma que cuando empiezas a presionar a la gente para que diga cosas optimistas, se descarrilan. La FDA perdió mucha credibilidad ahí”, dijo Gates en entrevista con Bloomberg TV.

En esa ocasión, el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, exageró los beneficios de las transfusiones de plasma, mientras participaba en una de las conferencias del presidente Donald Trump, pero tuvo que retractarse solo un día después.

“Históricamente, así como el CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades) era visto como el mejor del mundo, la FDA tenía la misma reputación como regulador de primera clase”, afirmó Gates. “Pero ha habido algunas afectaciones con algunas de las cosas que han dicho al nivel del comisionado”.

Esa visión podría minar la recepción que se le dé a la vacuna contra el nuevo coronavirus. Según encuestas realizadas entre estadounidenses en los últimos dos meses, una mayoría teme que el desarrollo de la vacuna se está apresurando y un tercio no planea vacunarse.

Donald Trump ha afirmado en repetidas ocasiones que la vacuna estará disponible antes de las elecciones del 3 de noviembre y la semana pasada dio señales de que sería aprobada en octubre, recuerda Bloomberg.

Ante las dudas surgidas por la politización del proceso, nueve desarrolladores de vacunas de Estados Unidos y Europa se comprometieron a mantener los estándares científicos con los que se llevarán a cabo sus inmunizaciones experimentales.

Las compañías, incluidas Pfizer, GlaxoSmithKline y AstraZeneca, en una declaración conjunta hicieron un “compromiso histórico (…) para mantener la integridad del proceso científico mientras trabajan por posibles presentaciones regulatorias globales y aprobaciones de las primeras vacunas contra el COVID-19”.

“Demos gracias que tenemos este expertise del sector privado que queremos convertir en un bien público global que llegue a todos en el planeta”, destacó Gates.