Al menos 16 funcionarios del puerto de Beirut y autoridades aduaneras fueron detenidos como parte de la investigación sobre la devastadora explosión del martes de un depósito con toneladas de nitrato de amonio, anunció este jueves el fiscal militar.

Se trata de funcionarios “del consejo de administración del puerto de Beirut y de la administración de aduanas, y de responsables de trabajos de mantenimiento y de los (obreros) que realizaron trabajos en el hangar” donde se almacenaba el nitrato de amonio, precisó el fiscal militar Fadi Akiki en un comunicado.

“Dieciséis personas están detenidas en el marco de la investigación”, indicó el comunicado sin precisar la fecha de su detención, su identidad o las acusaciones en su contra. Fueron detenidas el miércoles o el jueves, según una fuente cercana al expediente.

La explosión del martes en el puerto de Beirut dejó al menos 137 muertos, decenas de desaparecidos y unos 5,000 heridos, además de que devastó barrios enteros.

Según las autoridades, se originó en el depósito donde se guardaban 2,700 toneladas de nitrato de amonio desde hace seis años “sin medidas de precaución”, según el primer ministro Hassan Diab.

Las autoridades portuarias, los servicios de aduanas y algunos servicios de seguridad eran conscientes de que allí se almacenaban sustancias químicas peligrosas, pero se atribuyen mutuamente la responsabilidad.

En junio de 2019, se hizo una investigación tras repetidas quejas sobre olores nauseabundos que emanaban del hangar y se determinó que había “materiales peligrosos que debían trasladarse” y que las paredes del almacén estaban dañadas.

La dirección del puerto, que estaba al corriente del carácter peligroso de los productos, envió hace unos días a los obreros a cerrar las grietas del almacén. Estas obras, según las fuentes de seguridad, habrían sido el origen de la tragedia.

Macro promete ayuda

El presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamado este jueves por ayuda urgente al Líbano, hasta donde viajó dos días después de la poderosa explosión en Beirut.

En la primera visita de un jefe de Estado al Líbano luego de la tragedia, Macron prometió ayudar a organizar la asistencia internacional, pero dijo que el Gobierno local debe implementar reformas económicas y abordar la corrupción.

“Si no se llevan adelante reformas, el Líbano continuará hundiéndose”, dijo Macron luego de ser recibido en el aeropuerto por el presidente libanés, Michel Aoun. “Lo que también se necesita aquí es un cambio político. Esta explosión debería comenzar una nueva era”, sostuvo.

Vistiendo una corbata negra en señal de luto, Macron recorrió el lugar de la explosión y las calles destruidas de Beirut donde multitudes enardecidas exigían el final del “régimen” de la jerarquía política del Líbano, a la que acusan de corrupción y de provocar un desastre en el país.

“Veo el sentimiento en sus caras, la tristeza, el dolor. Esta es la razón por la que estoy aquí”, dijo Macron a uno de los grupos.

La incapacidad del Gobierno para controlar los gastos, el aumento de la deuda y la corrupción endémica han llevado a los donantes occidentales a exigir reformas.

Los estados árabes del Golfo Pérsico que alguna vez ayudaron al Líbano se han opuesto el rescate económico de una nación que, según dicen, está cada vez más influenciada por Irán y por su aliado local, el movimiento Hezbolá.