El Banco Central Europeo (BCE) prevé que el crecimiento y la inflación sean ligeramente más altos en 2019, que el año pasado, aunque redujo sus previsiones para los próximos dos años al reconocer el riesgo de que la desaceleración europea sea más prolongada de lo esperado.

Para 2019, el BCE pronosticó un crecimiento del Producto Interno Bruto de 1.1%; de 1.6% para 2020 y de 1.5% para 2021, mientras que en 2018 esta fue de 1.8%.

Mientras que la entidad pronosticó que a inflación sea de 1.2% para el año en curso; 1.5% para 2020 y 1.6% para 2021.

Frente a las malas perspectivas de crecimiento e inflación en la zona euro, el BCE decidió aplazar de nuevo la subida de tasas. En marzo había dicho que lo haría en “el verano de 2019”, y en abril aplazó de nuevo la medida para “finales de 2019”.

Por otra parte, la institución dio detalles sobre su nuevo programa de préstamos a los bancos, anunciado en marzo, que se llevará a cabo en siete etapas, entre septiembre de este año y marzo de 2021. Los préstamos tendrán una duración de dos años.

El organismo explicó que cada préstamo sería acordado a una tasa 10 puntos base superior a la media de las tasas aplicadas en las operaciones corrientes de refinanciación (actualmente 0%).

Los bancos que redistribuyan gran parte de este dinero en la economía podrán obtener una reducción de la tasa de 0.30%.

El programa del Banco Central Europeo busca un equilibro entre préstamos suficientemente ventajosos como para alentar la distribución de créditos, pero que no supongan un riesgo para los bancos más frágiles, en particular los italianos.