Argentina inició este martes en todo el país la aplicación de las vacunas rusas Sputnik V contra el COVID-19, tras recibir 300,000 dosis la semana pasada.
Los primeros en ser vacunados serán los miembros del personal de salud más expuestos a los contagios, de acuerdo con un comunicado del Gobierno, que intenta evitar que una segunda ola castigue con dureza al país.
Flavia Loiacono, una médica terapista, fue la primera persona que recibió la Sputnik V.
La vacunación comenzó en medio de la polémica local disparada en torno a la seguridad de la vacuna de origen ruso, de la que los críticos dicen que su eficacia y sus efectos secundarios no están totalmente probados.
“Hay que tenerle miedo a la enfermedad, no a la vacuna”, dijo a periodistas el ministro de Salud, Ginés González García.
Argentina recibirá en enero otros cinco millones de unidades Sputnik V -que se aplica en dos dosis- y en febrero 14.7 millones.
Luego del personal de salud, el proceso de vacunación continuará con los integrantes de las fuerzas de seguridad, los docentes, los mayores de 60 años y los grupos de riesgo.
Argentina tiene firmados, además, acuerdos de provisión de vacunas con la Universidad de Oxford asociada a la farmacéutica AstraZeneca y con el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS). También negocia la llegada del producto que fabrica Pfizer.
El gobierno de Alberto Fernández contempla adquirir un total de 51 millones de dosis.
La nación austral registró hasta el momento un millón 590,513 casos del nuevo coronavirus, con 42,868 fallecidos.
Moscú ha firmado acuerdos de suministro con varios otros países de América Latina y Asia. Las dos dosis necesarias de la inyección rusa cuestan menos de 20 dólares por persona.
Rusia envió solo la primera dosis a Argentina
El primer gran envío internacional de Rusia de su vacuna contra el coronavirus “Sputnik V”, 300,000 dosis a Argentina la semana pasada, consistió solo en la primera dosis de la vacuna de dos inyecciones, que es más fácil de preparar que la segunda dosis, dijeron fuentes a Reuters.
A diferencia de otras vacunas contra el COVID-19, que se administran como dos inyecciones del mismo producto, la vacuna rusa Sputnik V se basa en dos dosis administradas con diferentes virus inactivos, conocidos como vectores.
El presidente argentino, Alberto Fernández, no hizo referencia al tema durante una entrevista por la noche con la Televisión Pública.
El Instituto Gamaleya, que desarrolló la vacuna, dice que tiene una efectividad superior al 91% después del curso de dos dosis, pero algunos fabricantes rusos están encontrando que la segunda dosis, que se administra 21 días después de la primera, es menos estable, dijeron dos fuentes, revelando un nuevo desafío para el ambicioso programa nacional de vacunación del país.
La decisión de enviar dosis de la vacuna a Argentina provocó protestas en el país, donde el fármaco todavía no está disponible para el público en general fuera de la capital, Moscú.
Rusia no ha dicho exactamente cuántas personas lo han recibido. El Instituto Gamaleya dijo la semana pasada que hasta el momento se habían liberado 650,000 dosis para el programa nacional de vacunación de Rusia.
Argentina es el primer país extranjero, además de Bielorrusia, en aprobar el Sputnik V, una victoria para la campaña de Moscú para asegurar la bendición internacional para su vacuna.
Sin embargo, una fuente cercana al proceso de fabricación, y otra del Gobierno, dijeron que el envío estaba compuesto solo por dosis excedentes del primer componente, que se había producido en cantidades mayores que el segundo.
La fuente cercana al proceso de fabricación dijo que los fabricantes de vacunas ahora estaban trabajando para igualar la producción de los dos componentes.
“Es cierto que los problemas tecnológicos persisten (…) Se produce más del primer componente por litro en biorreactores que de la segunda dosis”, explicó.
“Pero muchos productores simplemente están instalando más biorreactores para producir la segunda dosis. Eso es todo. Si su reactor produce menos por litro, entonces necesita más capacidad”, dijo la fuente.
Generium, una de las firmas farmacéuticas rusas privadas encargadas de producir Sputnik V, dijo que actualmente está produciendo ambos componentes de la vacuna en cantidades iguales.
El fondo soberano de Rusia, el Russian Direct Investment Fund (RDIF), que comercializa el Sputnik V en el exterior y que organizó la entrega a Argentina, se negó a comentar sobre los desafíos con la producción de la segunda dosis, o si las inyecciones de refuerzo se enviarían pronto a Argentina.
El ministerio de Salud ruso, que supervisa el Instituto Gamaleya, tampoco respondió. Ningún otro funcionario de Argentina hizo comentarios.
Vacuna ligera
Varios fabricantes de vacunas a nivel mundial están considerando la opción de usar solo el primer componente.
El presidente ruso Vladimir Putin se ha referido a una opción de un solo componente como una “vacuna ligera”, que dijo que proporcionaría menos protección que los dos componentes, pero “aún alcanzará el 85%”.
El director del Instituto Gamaleya, Alexander Gintsburg, ha dicho que la inmunidad protectora después de la primera inyección de Sputnik V dura alrededor de 3 a 4 meses, informó la agencia de noticias TASS.