António Guterres se ha levantado como uno de los líderes mundiales en el combate al cambio climático y, bajo su mando, las Naciones Unidas han tomado una posición central para coordinar el accionar y la política internacional alrededor del tema.

El hombre que no era favorito para ocupar el puesto más importante de la organización ahora mantiene un perfil más bajo que sus antecesores, pero con metas más claras.

Guterres se desempeñó como Primer Ministro de Portugal entre 1995 y 2002, período durante el cual ocupó también el cargo de presidente del Consejo Europeo durante seis meses.

En sus siete años en el poder, Guterres promovió programas de seguridad social y condujo extensos programas de privatización. Durante su ministerio se aprobó la descriminalización de las drogas y la legalización de uniones civiles de personas del mismo sexo, a pesar de que no eran iniciativas apoyadas por el gobierno.

En 2005, el portugués fue electo como Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas, cargo que ocuparía durante 10 años. Bajo su mandato, la comisión recortó costos y aumentó su capacidad de respuesta a emergencias, durante una de las peores crisis de refugiados en la historia post-guerra.

En el ocaso de su mandato, las Naciones Unidas lo pusieron a cargo de la crisis migratoria en Europa, tras la recomendación personal del entonces Secretario General, Ban Ki-moon.

En 2016, Guterres ganó las elecciones de la Asamblea General de la ONU, a pesar de que los medios europeos resaltaron que no cumplía con la cuota geográfica que la organización buscaba (según reportes se prefería a alguien de Europa Oriental), además de que la asamblea parecía inclinarse hacia el nombramiento de una mujer.

“En la Villa Verde de nuestro Centro de Servicio Global en Brindisi, planté un árbol con @luigidimaio.

La @ONU_es necesita liderar la #AccionClimatica con el ejemplo. Equipo más eficiente, mayor uso de energía renovable y otras tecnologías innovadoras nos están ayudando a trabajar de forma más sustentable.

El ahora Secretario General venció a candidatos como Irina Bokova, ex-directora general de la UNESCO, y Kristalina Georgieva, actual directora del Fondo Monetario Internacional. El nombramiento fue notable porque el portugués se alzó como el único candidato que no recibió opiniones negativas de alguno de los países con poder de veto.

Antes del nombramiento de Guterres, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático realizaba un informe de evaluación cada siete años. Desde 2016, el panel se ha concentrado en publicar reportes especiales que ponen los reflectores en los peligros específicos de la crisis climática: Calentamiento Global de 1.5ºC, Cambio Climático y Tierra, y Océano y Criosfera.

El Acuerdo de París, probablemente el mecanismo más famoso contra el cambio climático, fue firmado antes de que Guterres fuera nombrado secretario, y los esfuerzos de éste se han enfocado en pedir a los países que no pierdan el tiempo en establecer medidas más agresivas en beneficio del planeta.

Los discursos del Secretario en las últimas dos reuniones climáticas de la ONU lo han convertido en una improbable figura de la lucha contra la crisis: en la más reciente de ellas dijo a los líderes mundiales que no querían ser recordados como la generación que se mantuvo inactiva mientras el planeta se quemaba, además de advertir que estamos cerca del punto de no retorno.

El próximo año, Guterres estará al frente de la COP26, un evento que se ha tornado aún más crucial tras la falta de acuerdos en el evento de Madrid a principios de este mes. Temas como los impuestos al carbono y la compensación de emisiones no alcanzaron consenso este año, y tendrán que esperar a Glasgow, el próximo noviembre