Francia y Alemania abandonaron las conversaciones sobre la reforma de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ante la frustración por los intentos de Estados Unidos por liderar las negociaciones, a pesar de su decisión de abandonar la organización, según revelaron fuentes oficiales a Reuters.
La medida es un revés para el presidente Donald Trump, ya que Washington, que ocupa la presidencia de turno del G7, esperaba emitir una hoja de ruta común para una profunda reforma de la OMS a partir de septiembre, dos meses antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
En julio, Estados Unidos notificó a la OMS con un año de antelación que abandonaba la agencia de las Naciones Unidas, luego de que el primer mandatario estadounidense acusara al organismo de ser demasiado cercano a China y de haber gestionado mal la pandemia de coronavirus.
Si bien la OMS desestimó estas acusaciones, los gobiernos europeos también han criticado a la organización, pero sin llegar tan lejos en sus críticas.
Nadie quiere ser arrastrado a un proceso de reforma y obtener un esbozo del mismo de un país que acaba de salir de la OMS
dijo un alto cargo europeo.
Los portavoces de los gobiernos de los miembros del G7 Alemania, Francia, Reino Unido e Italia declinaron hacer comentarios sobre la decisión de París y Berlín.
Respecto a esto, el Ministerio de Sanidad galo sostiene que Estados Unidos no debe tomar la iniciativa en el proceso de reforma de la OMS, sobre todo después de anunciar su intención de abandonar la organización.
Al ser cuestionado sobre la posición de Francia y Alemania, un alto cargo de la administración de Donald Trump dijo que todos los miembros del G7 apoyaron explícitamente las ideas de reforma de la OMS.
Las conversaciones sobre la reforma de la OMS comenzaron hace unos cuatro meses. Desde entonces se han realizado 20 teleconferencias entre los ministros de salud del Grupo de los Siete países industrializados, y docenas de reuniones de diplomáticos y otros representantes estatales.
Un acuerdo del G7, que también incluye a Japón y Canadá, facilitaría las conversaciones en el G20 y en las Naciones Unidas, donde cualquier cambio tendría que ser acordado con China, Rusia y otros gobiernos importantes que no forman parte del G7.
No está claro si, como estaba previsto, en septiembre se llevará a cabo una cumbre del G7 en los Estados Unidos, en la que Trump espera que los líderes aprueben dicha hoja de ruta.
Con información de Reuters.