El acuerdo por el impuesto mínimo global aceptado por 130 países marcó un triunfo para la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, pero ahora tiene el reto de convencer al Congreso.
Ahora, la discusión del impuesto —con tasa de 15%— y su aplicación entra en una etapa de discusión entre los miembros del G20 para establecer la tasa impositiva y cómo implementar el acuerdo entre los países.
Yellen, por su parte, debe conseguir el apoyo de todos los demócratas y posiblemente de algunos republicanos en el Congreso para convertir el acuerdo en ley en Estados Unidos.
Yellen tiene una enorme experiencia, confianza y credibilidad, así que eso es importante. Ejecutarlo creo que seguirá siendo muy difícil,
dijo el funcionario del Tesoro en la administración del presidente George W. Bush, Tony Fratto, citado por The Wall Street Journal
Aunque cuenta con gran experiencia y relaciones con varios actores económicos, la negociación para poner en marcha el impuesto parece ser la gran prueba Yellen.
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Un impuesto mínimo global es un elemento clave de los planes de la administración Biden para aumentar los impuestos a las empresas estadounidenses y así ayudar a financiar nuevos gastos en infraestructura, educación y programas de lucha contra la pobreza, según el diario estadounidense.
Estimaciones del Tesoro apuntan a que el impuesto mínimo global deje una derrama de un billón de dólares en una década. Pero, si en Estados Unidos aumenta la tasa y otras economías no lo hacen, las firmas de ese país estarían en desventaja competitiva frente a sus rivales en países con impuestos bajos y podrían buscar trasladar sus ganancias al extranjero.
Republicanos y grupos empresariales advierten sobre lo que sucede si Estados Unidos aumenta el impuesto mínimo, pero otros países no hacen lo mismo, una situación que podría ser un aspecto negativo significativo para una empresa, detalla el WSJ.
Yellen ha tenido varias discusiones con líderes del Congreso y requiere una mayoría simple en el Senado en lugar de los 60 votos necesarios para la mayoría de las leyes, dijo esta semana un alto funcionario del Tesoro. Aún así, con el Senado dividido y los demócratas con escasa mayoría en la Cámara, el destino del proyecto de ley está lejos de ser seguro.