Los sistemas de pensiones que se tienen en Latinoamérica fracasaron, así lo consideró Santiago Levy, investigador Principal No Residente de Economía y Desarrollo Mundial del Instituto Brooking.

Alrededor del 8% de la población en la región tiene 65 años o más actualmente, para 2050, se estima que la cifra llegue hasta 17.5 %, y para finales de siglo superará el 30%, según el reporte Los sistemas de pensiones y salud en América Latina.

En tanto, en promedio casi el 63% de las personas ocupadas de la región trabajan en un empleo informal, indica el informe realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF, anteriormente se llamaba Corporación Andina de Fomento).

 Lo que dice este reporte, quizá no con el lenguaje tan claro, es que los sistemas de pensiones de la región fracasaron independientemente si son sistemas de reparto o de capitalización,

dijo Santiago Levy, quien fue director del IMSS en el gobierno de Vicente Fox

Se debe dejar de priorizar los cambios paramétricos, en el sentido de si se suben o no las aportaciones al ahorro para el retiro, sino pensar más en cómo combatir la informalidad en la región, enfatizó al participar en un foro virtual en la presentación del reporte del CAF.

“Pongámonos a pensar por qué hay tanta informalidad y en qué tenemos que hacer para reducirla si queremos tener sistemas de pensiones que funcionen”, remató Levy.

Uno de los aspectos que más caracterizan a los sistema de capitalización individual, como en el que se rige una parte de la población mexicana, es que las personas que aportan más y cotizan más en la informalidad son de mayores ingresos y trabajan en empresas grandes.

Mientras que los trabajadores de menores ingresos trabajan de manera constante en la informalidad, con lo que no logran juntar los requisitos para obtener una pensión al cumplir la edad de retiro.

La situación del sistema de pensiones es tan grave que, si mañana mismo se arreglaran los problemas de informalidad, las personas que tienen entre 40 o 55  años no se verían beneficiadas con una pensión contributiva.

“Las pensiones no contributivas se deben universalizar (…) la visión de pensiones y salud debe poner un plan adicional del plano fiscal. No hay solución profunda a los sistemas de salud y de pensiones de la región que no pase por una reforma fiscal”.

Levy destacó que la crisis generada por la pandemia del COVID-19 acentúa más los niveles de informalidad laboral, por lo que es fundamental que los gobiernos tomen acciones para impedirlo.

Reforma ayuda a reducir informalidad

La reforma en pensiones que presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador no sólo ayuda a reducir la informalidad, sino también permite que más personas tengan acceso a una pensión, comentó Carlos Noriega, titular de la Unidad de Seguros y Pensiones de la Secretaría de Hacienda.

 Reconociendo el tema de la informalidad, en la reforma que se propone se disminuyen las semanas de cotización. Se requieren 15 años en la formalidad y no 25 años como se tiene actualmente en la ley

En México, si una persona cumple con la edad de retiro (68 años) tendrá acceso a una pensión subsidiada por el estado; si es una persona indígena se le otorgará a los 65 años, agregó Noriega.

La informalidad restringe el diseño de los sistemas de protección social, dado que las características y el financiamiento de estos programas puede debilitar los incentivos a la formalización, menciona el estudio del CAF.