El mes de julio confirmó que la elevada inflación en el país, más el repunte de casos de COVID-19, continúa presionando a uno de los sectores pilares de la economía mexicana: servicios.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los ingresos totales de los servicios en México cayeron 1.5% en el séptimo mes del 2022, respecto a junio pasado.
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Esta diminución significó el peor resultado desde octubre del 2021 (1.6%), es decir, en los últimos nueve meses.
Altos niveles inflacionarios, la causa
La principal causa es la inflación, que en julio se ubicó en 8.15% anual, el mayor nivel en más de 21 años, situación que erosiona el poder adquisitivo de los hogares mexicanos.
Altos niveles inflacionarios provocarán que el crédito al consumo siga encareciéndose, debido al endurecimiento de la política monetaria del Banco de México, cuya tasa de referencia se ubica en 8.50%.
Para Ve por Más (Bx+), la expectativa de un menor crecimiento económico podría reflejarse en una menor generación de empleo y disminución en la confianza del consumidor, inhibiendo el consumo.
En este entorno, prevemos que el consumo privado muestre un menor dinamismo en lo que resta del año, especialmente en aquellos bienes y servicios más discrecionales
indicó Bx+.
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El grupo financiero también resaltó indicadores, aunque insuficientes, que siguen respaldando el consumo: el crecimiento de las remesas (16.5% anual) y la ligera moderación de la tasa de desempleo (3.2%).
Preocupación en servicios especializados
De los nueve grandes subsectores de servicios privados no financieros considerados, cinco presentaron reducciones mensuales durante julio del presente año.
El descenso más pronunciado se registró en servicios profesionales, científicos y técnicos, los cuales requieren de conocimientos y habilidades especializados, con una baja de 8.5%.
Le siguieron servicios referentes a la información de medios masivos (8.0%), educativos (3.5%) y de salud y de asistencia social (2.5%).
Llama la atención la caída de 1.0% en servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, cuya interpretación es que el turismo todavía sigue sin encontrar el camino de la reactivación tras los estragos de la pandemia.
El lado positivo
Del lado positivo, creció el subsector más importante de los servicios no financieros, el de inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (5.4%).
Aunque el mayor aumento se dio en servicios de esparcimiento, culturales, deportivos y otros recreativos (13.4%), señal de menores restricciones en la movilidad social.
Otra alza importante fue en transporte, correos y almacenamiento (1.4%), manifestando que el sector logístico del país avanza.
Cabe recordar que el sector servicios fue de los más afectados por la contingencia sanitaria, y que aún no logra resarcir los daños causados por la pandemia. Su recuperación dependerá de que desacelere la inflación, lo cual ocasionará una mejora en el poder adquisitivo de las familias y un ciclo a la baja de la tasa de interés.