El salario mínimo es uno de los temas que más generan debate y que ha estado en la mira desde 2014, cuando inició la discusión nacional para su recuperación.

La semana pasada, el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) acordó aumentar el salario mínimo de 102.68 a 123.22 pesos diarios a partir del 1 de enero de 2020.

El aumento total será de 20% que se da de un Monto Independiente de Recuperación (MIR) de 14.67 pesos y un incremento de 5%, luego del aumento total de 16% de 2019. Mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) pasará de 176.72 a 185.56 pesos diarios, esto es, un alza de 5%.

Banco de México (Banxico) no tardó en advertir que los aumentos pueden generar presiones inflacionarias.

En su comunicado de la decisión de política monetaria, el jueves pasado, el banco central dijo que para 2020 la inflación general y subyacente reflejarán tanto las condiciones de mayor holgura en la economía como las presiones de costos que se pudieran derivar de los aumentos en el salario mínimo.

No obstante, este debate en la Junta de Gobierno de Banxico pareciera estar dividido. Por un lado está el gobernador Alejandro Díaz de León y los subgobernadores Javier Guzman e Irene Espinosa; y por el otro, los subgobernadores Gerardo Esquivel y Jonathan Heath, quienes han defendido la recuperación del salario.

De acuerdo con algunos economistas, la preocupación respecto a que el salario mínimo genere fuertes presiones inflacionarias no es más que un dogma que ha castigado la recuperación del salario y que en el pasado solo sirvió como un ancla de la estabilidad del sistema.

El subgobernador de Banxico, Gerardo Esquivel, dijo a EL CEO en junio que éste es uno de los dogmas que han persistido en la economía.

Parte de esos dogmas, por ejemplo, tiene que ver con el tema de Banco de México, específicamente el que existía en términos de la relación entre salario mínimo e inflación. No es que no crea que un aumento del salario no puede impactar a la inflación, pero pienso que no siempre lo impacta

dijo Gerardo Esquivel.

En tanto, el trabajo ‘El salario mínimo. Un recuento del debate público’, del subgobernador Jonathan Heath y Sergio Martín, indica que lo que sorprende de la existencia misma del debate y su intensidad es que en el fondo se trata de la violación a un precepto constitucional que no debería generar debate alguno y para la cual debería haberse buscado la reparación del daño desde tiempo atrás.

En su último comunicado, Banxico también señaló al aumento del salario como uno de los riesgos inflacionarios en caso de que conduzca a incrementos salariales por encima de las ganancias en productividad en diferentes segmentos de la población ocupada y que ello genere presiones de costos con afectaciones en el empleo formal y en los precios.

Un riesgo tiene una probabilidad de ocurrencia, ponerlo en términos de riesgo no está mal, lo que sí esta mal es el discurso, lo veo sesgado cuando el Banco ha procurado por no aumentarlo

dijo Iván Franco, director de la consultora Triplethree International.

Comentó que, además, equivocadamente ligan el concepto de productividad al aumento salarial, ya que si bien en economía que los aumentos tienen que ir ligados a la productividad, nadie conoce realmente la productividad de las empresas mexicanas.

El subgobernador Esquivel publicó en Twitter que el aumento de 20% para el salario mínimo representa una victoria no sólo para los trabajadores de menores ingresos, sino también un triunfo cultural para todos aquellos que durante mucho tiempo argumentaron a favor de esta medida.

Esquivel dijo que “si el costo laboral es el 20% de los costos totales (un supuesto razonable), una transferencia mecánica de todo el aumento salarial a los precios sería de menos de 0.1 puntos porcentuales”.

Iván Franco comentó que hay dos formas en que el aumento contagie la inflación, una es monetaria y sería si la nueva masa salarial implicaría una mayor demanda de dinero “pero no va por ahí porque es una proporción muy baja, monetariamente lo descartaría si quiera como un riesgo importante”.

De acuerdo con estimaciones del gobierno federal, el aumento al salario mínimo beneficiará a 3.4 millones de trabajadores.

La otra es si genera costos a los empresarios y en un extremo deciden aumentar el precio de sus mercancías o servicios, lo cual, Franco ve poco probable.