En el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, el Colegio de Notarios de la Ciudad de México emitió las primeras escrituras notariales de América en lengua náhuatl y maya, con el objetivo de reivindicar el uso de las lenguas originarias dentro del orden jurídico existente.

Es un hecho inédito en el país y es un motivo de reflexión importante para nosotros como sociedad sobre todo si consideramos que México es una sociedad heterogénea y multicultural. Esa esa es la riqueza social mexicana ,

dijo en entrevista Jorge Sánchez Cordero, Notario 153 de la Ciudad de México y redactor de los documentos.

En el país existen 7.3 millones de personas que hablan alguna de las 72 lenguas indígenas, entre las cuales destacan el náhuatl, maya y tseltal como las más comunes, de acuerdo con el Inegi.

Un orden jurídico impuesto

“Desde la época de los romanos se reconoce en el Ius Belli o derecho de guerra, como una conquista a la imposición de la lengua, de la religión y del derecho. Los españoles a su llegada aplicaron las tres. Los pueblos originarios se vieron confrontados con una lengua y un orden jurídico que les era totalmente ajeno, pero poco a poco empezó a construirse nueva identidad mexicana” dice el notario Sánchez Cordero.

El sincretismo ocurrido entre la cultura occidental y las múltiples culturas originarias es un proceso que continúa vigente, considera el notario, en tanto que se ha avanzado en el reconocimiento de la autodeterminación de los pueblos y el respeto su orden jurídico de usos y costumbres, sin embargo es algo no acabado.

“No hay un orden puro, se está generando un paisaje distinto” comenta, de lo cual son muestra los documentos legales que han sido emitidos en lenguas originarias, “ya hay tres amparos presentados en lengua indígena también y es parte de darle el valor que tiene un derecho humano como es la elección de la lengua”.

“Esto es expansivo” destaca el notario, por lo cual buscarán en el futuro replicar el ejercicio con otros documentos de orden legal, pero procurarán no repetir los “errores metodológicos” de la traducción de las escrituras.

El primer error, considera Sánchez Cordero, fue el tratar de latinizar el náhuatl y el maya al castellano cuando cada una de las lenguas representa una cosmovisión distinta; mientras que el segundo será reinterpretar la concepción que se tiene de la tierra.

Desde la visión occidental la tierra es un valor mercante, patrimonial, de posesión; mientras que para el indígena, la relación con la tierra tiene un valor altamente espiritual, para el indígena es su entorno , explica.

El notario Sanchez Cordero contó a EL CEO que fue él quien le propuso al Colegio unirse a las celebraciones del año Internacional por medio de ese acto que fue aceptado por unanimidad y aunque posee conocimientos en Náhuatl tuvo que recurrir a un par de expertos.

“El efecto de esto es expansivo y es importante que la sociedad mexicana en sus conjunto haga esas reflexiones”.

Las escrituras fueron entregadas como un acto simbólico a Alejandra Frausto Guerrero, Secretaria de Cultura.