La Reserva Federal de Estados Unidos persigue un objetivo difícil: mantener un crecimiento económico constante sin permitir que la inflación se recaliente.
Si bien la economía estadounidense atraviesa el periodo más largo de crecimiento registrado en la historia, con el desempleo en su nivel más bajo en casi 50 años y la inflación en meta del 2%, los movimientos de los mercados en las últimas semanas muestran el desafío para las autoridades monetarias en un clima en que el presidente, Donald Trump, puede cambiar la política monetaria y con ello sacudir la confianza de las empresas con tan solo un tuit.
Los datos económicos comenzaron a mostrar señales de alerta temprana y la ansiedad entre las empresas aumenta la incertidumbre de la que el mandatario de EU se vale como herramienta de negociación.
En este panorama, el papel de la Fed es el de lograr un equilibrio entre animadora, terapeuta y vigilante de los mercados financieros.
En esta búsqueda, altos funcionarios -entre ellos Jerome Powell, presidente del banco central continuamente criticado por Trump- han tenido que modificar sus mensajes para calmar a los inversionistas, dando señales de que podría desacelerar el ritmo de los aumentos de las tasas de interés.
El signo más directo de las intenciones del banco central fue la difusión de reportes de que la Fed esta “considerando la posibilidad de adoptar una nueva posición de esperar y ver”, para analizar cómo la economía está procesando las decisiones que se han hecho hasta el momento.
Fuerzas en conflicto
Aunque Trump anunció una tregua arancelaria con el presidente de China, Xi Jinping, las dudas sobre el cronograma y los posibles resultados de las políticas han aumentado los temores de que la economía estadounidense pueda desacelerarse e incluso contraerse en los próximos dos años, lo que obliga a los inversores a actuar cautelosamente esta semana.
La Fed ha implementado más de tres aumentos de tasas este año y ha repetido que tiene la intención de realizar continuos incrementos graduales.
Un cuarto aumento en diciembre, cuando su comité monetario se reúna el 18 y 19 de diciembre, es ampliamente esperado por los mercados. Según Bloomberg, 57 de los 60 analistas encuestados creen que se aplicará una nueva alza.
Aunque hay algunos economistas que opinan que los indicadores económicos recientes le dan al banco central una razón para no elevar la tasa.
Las señales de la economía
El más reciente informe de empleo en Estados Unidos dio un mensaje mixto sobre el estado en que se encuentra la economía ya que la creación de trabajo se desaceleró a 155,000 puestos el mes pasado, por debajo de lo esperado y lejos del promedio mensual de 209,000 en el último año.
Esa baja posiblemente refleja los efectos persistentes de los huracanes en los dos meses anteriores y está en consonancia con una economía que está cercana de su punto máximo.
Pero los datos también mostraron que los salarios continuaron aumentando, al ubicarse 3.1% sobre el año anterior, por encima de la inflación.
“Signos de un mercado laboral maduro, pero aún sólido”, describió Greg Daco de Oxford Economics, haciéndose eco de la opinión de otros analistas.
Y la encuesta trimestral de Business Roundtable mostró que si bien los jefes ejecutivos seguían confiando en la economía, mencionaron la mano de obra como la principal presión a la que se enfrentan sus empresas.
Las preocupaciones sobre la inflación también se redujeron luego que este jueves se reportó que los precios de las importaciones de EU tuvieron su mayor caída en más de tres años este noviembre debido a la caída de precios de productos petroleros.