En el primer trimestre del año, especialistas e instituciones auguraban un desplome de las remesas para México y América Latina, derivado de la pandemia del COVID-19, no obstante, en varios países, incluido México, estas previsiones no se han cumplido.

En los primeros seis meses del año, las remesas a México sumaron 19,075 millones de dólares, un alza anual de 10.55%, de acuerdo con datos de Banco de México, que además incluyen la cifra récord de 4,007  millones de dólares en marzo, cuando el coronavirus terminó por convertirse en un problema mundial.

También se han visto cifras positivas en los países centroamericanos de Guatemala, El Salvador y Honduras, de acuerdo con el documento COVID-19 y remesas: ¿Por qué aumentan las transferencias latinoamericanas? de Oxford Business Group.

El documento indica que, en Guatemala, las remesas aumentaron 1.4% anual entre enero y julio. “Si bien la disminución de las transferencias en abril causo una reducción en la cifra global, las remesas en junio y julio aumentaron 9.2% y 13.8% interanual, respectivamente, y la tendencia al alza es prometedora para el resto del año”.

En el caso de El Salvador, aunque las remesas acumuladas disminuyeron 4.7% anual en los siete primeros meses del año, debido en gran medida a la caída de 40% registrada en abril, se han recuperado con fuerza y han registrado un crecimiento anual de 9.8% y 14.1% en junio y julio, respectivamente.

En Honduras, las remesas cayeron 3.3% entre enero y julio, pero subieron 15.2% y 1.2% en junio y julio.

En abril, el Banco Mundial pronosticó que las remesas a los países de ingresos bajos y medianos disminuirían en 19.2% en 2020.

No obstante, no todos los mismos países corren con la misma suerte que en América Latina, Filipinas, Tayikistán y Brasil han experimentado caídas de dos dígitos en el flujo de remesas desde comienzo del brote del virus.

“Si bien las razones de esta discrepancia mundial no están aún claras, una posible explicación de las cifras positivas de algunos países de América Latina es que una gran proporción de los trabajadores extranjeros reside en los Estados Unidos”, dice Oxford Business Group.

La reactivación parcial en mayo de ciertas actividades económicas en algunas localidades y estados de Estados Unidos propició una incipiente mejoría del empleo y consecuentemente un descenso de la elevada tasa de desempleo.

“Tal evolución también implicó que se alcanzara un ligero avance en los niveles de ocupación de los trabajadores mexicanos inmigrantes con relación a lo registrado en abril. No obstante, el empleo de dichos trabajadores mexicanos mantuvo una fuerte caída en su comparación anual, pero menos severa que la observada en abril”, dijo entonces el Foro de Remesas de América Latina y el Caribe del CEMLA, en un reporte.

Oxford Business Group también señala que, se cree que gran parte de la fuerza laboral hispana de Estados Unidos ha sido elegible para recibir los beneficios del paquete federal de desempleo del gobierno de ese país, lo que permite a los trabajadores seguir enviando dinero a casa, a lo que además, hay que sumarle la depreciación del peso.

E indica que, dado que también se prevé que el crecimiento económico se vea afectado de manera significativa en los mercados emergentes este año, la continuidad del flujo de remesas será un factor crucial para garantizar que muchas familias puedan seguir obteniendo productos esenciales.