La reforma fiscal que prepara el gobierno y la cual, según la jefa del SAT, no vendrá con nuevos impuestos es poco factible, consideró el vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Mario Correa.

De acuerdo con Correa, en el contexto de recuperación se requieren recursos para apuntalar a la economía tras el impacto por el COVID-19 que frenó las actividades en 2020 y que poco a poco se reactivan.

Si pudieran orquestar una reforma fiscal que le dé al sector público los recursos que necesitan sin nuevos impuestos, sin aumento de impuestos y nada más en simplificación pues estaría muy bien. Ojalá tengan la fórmula para conseguirlo. Lo veo poco factible, sobre todo por la cantidad de recursos que se requieren,

dijo Correa en videoconferencia

La semana pasada, la titular del SAT, Raquel Buenrostro, dijo que la reforma, de la cual ya tienen instrucciones del presidente, no está relacionada con nuevos impuestos ni incrementos de tarifas, sino con la simplificación administrativa. 

Lo que se busca, según la funcionaria, es que se agreguen modificaciones de ley para fortalecer el contrabando de combustible y el huachicol, dijo ante Diputados el pasado 30 de marzo. 

Correa consideró que sí se requiere la reforma, pero que esta esté bien planteada a fin de evitar problemas una vez puesta en marcha.

“Se requiere una buena reforma fiscal, porque los cambios que se pueden hacer nos pueden terminar produciendo más daños que beneficios. Hay que insistir en que se requiere una buena reforma fiscal”, agregó Correa.

Además hizo referencia sobre lo expuesto por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien dijo que está dialogando con miembros del G20 para acordar una tasa de impuesto a empresas mínima global y subirla de 21 a 28%, según el plan del presidente Joe Biden.

Sin un mínimo global, Estados Unidos volvería a estar en desventaja con respecto a otras economías importantes con tasas impositivas más bajas, según expertos en impuestos, y el compromiso del país ayudaría a impulsar las negociaciones para un acuerdo fiscal entre varias de las principales economías, según Reuters. 

“Ahorita está empezando a flotar en el ambiente internacional, de hecho la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, hablaba de generalizar un tipo de impuesto a las corporaciones, quizá homologar entre los diferentes sistemas impositivos los impuestos a las corporaciones globales. Será un tema que estará en la agenda de política pública en el mundo, después de las elecciones (en México) será un tema importante”, subrayó Correa.

Señales de reactivación

Hacia el cierre del primer trimestre del año la actividad económica del país mostró señales de reactivación, tanto en el lado manufacturero como no manufacturero. 

El indicador manufacturero pasó de 49.7 puntos en febrero a 50.7 unidades en marzo. Un puntaje mayor a 50 refiere a una situación de expansión económica, lo cual no sucedía desde hace 21 meses, según el IMEF. 

Respecto al indicador no manufacturero, este pasó de 49.6 en febrero a 52.8 en marzo, tras 13 meses por debajo del umbral de 50 unidades, es decir, en terreno de contracción.

Sin embargo, el IMEF prevé que se observen ciertos fenómenos que lleven a una desaceleración de la economía mexicana, tanto por un aumento de casos de COVID-19 tras el periodo vacacional y un efecto en la inflación. 

“Durante marzo mejoraron las perspectivas de crecimiento a nivel global. Sin embargo podrían moderarse en caso de que se observen dos tipos de brote. Por un lado, la posibilidad de un nuevo brote de contagios de COVID-19 ante el periodo vacacional de primavera en el hemisferio norte. Por el otro, un posible brote de la inflación, sobre todo en Estados Unidos, ante los datos de crecimiento que se han observado recientemente en un ambiente de amplia laxitud fiscal y monetaria”, indicó el IMEF en un comunicado.