Ante la crisis que vive el país por efecto de la pandemia del COVID-19, lo que menos se esperaba en el Paquete Económico 2021 era un gasto austero y sin nueva deuda; al contrario, se esperaba un plan contracíclico con mayores recursos para reactivar la economía a través de diversos apoyos a las empresas y mayores recursos a la infraestructura pública.

En 2021 se propone un gasto de 6.2 billones de pesos, una reducción del 0.3%, respecto al gasto que se aprobó para este año y además, se habla de no recurrir a endeudamiento, lo cual complica que el país se encamine a una pronta recuperación, criticaron especialistas al participar en el Parlamento abierto rumbo al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 en la Cámara de Diputados.

 Se necesitaba un gasto más vigoroso, el gobierno fue muy reticente en eso y era cuando más se tenía que gastar en apoyar a empresas y en transferencias para las personas que están en la informalidad,

expuso el director general del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP), Héctor Villarreal.

El gobierno debió actuar de una manera más contracíclica y sinérgica, es decir, una vez que pasaran los efectos de corto plazo de estímulos y apoyos tanto para empresas como para personas que trabajan en la informalidad, se debió establecer un plan que después ayudara a mejorar los balances financieros del sector público, indicó.

La Secretaría de Hacienda estima que al cierre del 2020, el saldo de la deuda se ubique en 54.7% del PIB y en 2021 en 53.75% del PIB, con lo que no espera contratar nueva deuda para enfrentar la crisis que atraviesa el país, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica.

“La caída del crecimiento económico aumentará la razón deuda/PIB en cuatro puntos porcentuales. La depreciación del tipo de cambio en 2.6 puntos porcentuales y aunque han disminuido las tasas de interés, aún contribuye al aumento de la razón deuda/PIB”, añadió Villarreal.

 

 

Desde 1983, los gobiernos mexicanos han priorizado la austeridad fiscal en los paquetes económicos, y la administración de Andrés Manuel López Obrador no es la excepción, consideró el economista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Arturo Procoro Huerta.

 Esto nos lleva a tener menos industria, menos empleo, menos sector agrícola y menor calidad de vida para los mexicanos (…) por más que el gobierno intenta disminuir el gasto público para no aumentar la deuda, la economía no crece ni tampoco la recaudación tributaria y sigue afectando las finanzas públicas

Proyectos de infraestructura, con bajo impacto a la economía

Los proyectos insignia de infraestructura del gobierno federal como el Tren Maya, el corredor transístmico y el aeropuerto en Santa Lucía tendrán poco impacto sobre la recuperación económica del país, comentaron tanto Villarreal como Procoro Huerta.

 No son proyectos de desarrollo económico, por un lado el turismo está decreciendo a nivel mundial, y por el otro lado, destinar recursos al aeropuerto de Santa Lucía en un panorama donde todo el sector aeroportuario está en crisis, no es la mejor idea,

agregó el economista de la UNAM.

Villarreal comentó que el gasto en inversión pública es insuficiente para garantizar una crecimiento de largo plazo y una recuperación tras la crisis.

Los recursos productivos para la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Sistema Aeroportuario Metropolitano equivaldrían a más de tres veces lo que se erogarían en inversión para salud y educación en conjuntos.

“Un aspecto que es preocupante en materia de inversión es que el 35% de las escuelas públicas carecen de agua potable. Aquí se esta perdiendo la oportunidad de invertir y de mejorar las condiciones de una población”.

Preocupa sostenibilidad fiscal en 2027

El director del CIEP planteó su preocupación sobre la estabilidad de las finanzas públicas para los siguientes siete años, pues entre el gasto en pensiones, el gasto federalizado y el costo financiero de la deuda representarán alrededor del 10% del PIB.

 Con este panorama y la baja recaudación que tiene el país, qué vamos a hacer,

cuestionó Villarreal.

En los Criterios Generales de Política Económica se plantea un déficit primario de 0.2% del PIB en 2020 y para 2021 un balance cero y de ahí hasta 2027 se registran superávits. Sin embargo, va a ser muy complicado que en los próximos años se logren balances primarios positivos ante los retos que se enfrentan en materia de recaudación y de gastos ineludibles, remarcaron los participantes del Parlamento Abierto.