Aunque los efectos de la crisis económica por el COVID-19 persisten en Estados Unidos, la recesión registrada en 2020 fue de apenas dos meses, la más corta en la historia de ese país, de acuerdo con el National Bureau of Economic Research (NBER).

El comité define a una recesión generalmente como “una disminución de la actividad económica que dura más de unos pocos meses” y la del año pasado tuvo una duración de febrero a abril de 2020, cuando el impacto se agudizó en Estados Unidos.

La anterior recesión más corta ocurrió en la primera mitad de 1980 y tuvo una duración de seis meses. 

La reciente recesión tuvo características y dinámicas diferentes a las recesiones anteriores. No obstante, el comité concluyó que la magnitud sin precedentes de la disminución del empleo y la producción, y su amplio alcance en toda la economía, justificaron la designación de este episodio como recesión, a pesar de que la recesión fue más breve que las contracciones anteriores,

señaló el NBER en un comunicado

De los principales indicadores de la economía estadounidense en abril del año pasado, la tasa de desempleo repuntó a 14.8% y en junio de este año ya se ubica en 5.9%, pero con 9.5 millones de personas sin un puesto de trabajo.

Si bien aún persiste la incertidumbre sobre la economía, el NBER indicó que cualquier recesión futura sería considerada como una nueva recesión y no una continuación de la del año pasado. 

“La base de esta decisión fue la duración y la solidez de la recuperación hasta la fecha”, señaló la dependencia. 

En 2020, el PIB de Estados Unidos se contrajo 3.5% y para este año apunta a un crecimiento de 7%, según la Reserva Federal (Fed).

Además, el comité no concluyó que la economía haya vuelto a funcionar a su capacidad normal, pues “una expansión es un periodo de creciente actividad económica distribuida en toda la economía, normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y las ventas al por mayor y al por menor”.