Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), dijo este martes que existe una ‘incertidumbre significativa’ sobre el ritmo de la recuperación económica de Estados Unidos y dijo que las pequeñas empresas y los estadounidenses de menores ingresos están particularmente en riesgo.
Durante el primer día de su testimonio semestral ante el Congreso, Powell dijo al comité bancario del Senado de Estados Unidos que, si bien algunos indicadores han mostrado mejoría, todavía hay un largo camino por recorrer a medida que la economía recupera su equilibrio de la pandemia del COVID-19.
Los niveles de producción y empleo permanecen muy por debajo de sus niveles previos a la pandemia, y persiste la incertidumbre sobre el momento y la fuerza de la recuperación
dijo Powell en sus comentarios preparados.
La advertencia fue, esencialmente, una repetición de los comentarios que hizo el miércoles pasado después de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto. El jueves, los mercados accionarios cayeron con fuerza; como referencia, el índice S&P 500 retrocedió 5.89% en una jornada.
Gran parte de esa incertidumbre económica proviene sobre el camino de la enfermedad y los efectos de las medidas para contenerla. Hasta que la población esté segura de que la enfermedad está contenida, es poco probable una recuperación completa
comentó Powell.
El Congreso ha destinado hasta ahora cerca de 3 billones de dólares en ayuda financiera, incluyendo pagos directos a los hogares y un plan de préstamos para pequeñas empresas, y la Reserva Federal ha implementado numerosos programas para inyectar billones de dólares de crédito a la economía.
El lunes, la Reserva Federal lanzó su esperado programa de préstamos Main Street, que ofrecerá hasta 600,000 millones de dólares en créditos a empresas estadounidenses con hasta 15,000 empleados o con ingresos de hasta 5,000 millones de dólares.
“Cuanto más tiempo dure la recesión, mayor será el potencial de daños a largo plazo por la pérdida permanente de empleos y el cierre de empresas”, dijo Powell.
Estados Unidos entró en recesión en febrero, un mes antes de que la Organización Mundial de la Salud declarara el coronavirus como una pandemia, según la Oficina Nacional de Investigación Económica. Se produjeron pérdidas de empleos sin precedentes en marzo y abril, seguidas de un fuerte aumento en mayo que acompañó a ganancias en ventas minoristas y bienes raíces.
Compra de bonos
Jerome Powell comentó que la medida anunciada por el banco central esta semana para comprar bonos corporativos cumple una promesa que había hecho antes, pero no es un esfuerzo por hacerse cargo del mercado.
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“Es un exceso de precaución preservar estas ganancias para el funcionamiento del mercado”, dijo Powell durante su testimonio. “Si sigue mejorando el funcionamiento del mercado, la Fed ralentizará su programa de compra de bonos corporativos”.
El banco central ampliará su compra de bonos corporativos más allá de los fondos negociados en bolsa y en emisiones individuales. El resultado será crear su propio índice de bonos que se extienda a través de una muestra del mercado. La Fed, finalmente, podría comprar valores por hasta 750,000 millones de dólares, de acuerdo con el sitio CNBC.
Con los bonos corporativos, dijo Powell que el ritmo de las compras dependerá de cómo responda el mercado. Los rendimientos de los bonos corporativos están cerca de mínimos históricos y los diferenciales -en comparación con la deuda gubernamental- se han contraído a donde estaban antes de la crisis del COVID-19.
Un menor rendimiento en los instrumentos de renta fija responde a una mayor demanda del público inversionista, lo que eleva su precio.