Posible rescate a Pemex revive el fantasma del Fobaproa y sacudiría finanzas públicas
En días recientes, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que existe un “plan” para regularizar la deuda y los pagos pendientes a proveedores de Petróleos Mexicanos (Pemex), con la expectativa de que comiencen a normalizarse a partir de julio; y aunque aún no se ha detallado oficialmente, algunos analistas comparan esta estrategia con el rescate del Fobaproa, implementado a finales de los años 90 para enfrentar la crisis bancaria, y que implicó la absorción de deudas privadas por parte del Estado, transformándolas en deuda pública que aún continúa pagándose.
En su discurso, la mandataria adelantó: “Hubo un primer pago por 147,000 millones de pesos y se hizo una revisión que ya pronto vamos a informar. Ya hay plan, ya está resuelto, y se van a empezar a regularizar todos los pagos a partir del próximo mes”.
Para el investigador en Transición Energética y Medio Ambiente del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), César Rivera de Jesús, esto repercutirá de manera negativa en las finanzas públicas.
Si tú como gobierno adquieres mayores compromisos, es decir, gastos ineludibles (…) tienes qué reducir de alguna forma el gasto o incrementar ingresos en alguna proporción. Entonces me parece un tanto arriesgada esta estrategia
advirtió.
A este respecto, Ramsés Pech, analista energético, señaló que la deuda de Pemex debería ser absorbida por el Estado y programar los pagos en un periodo definido, contemplándolo dentro del presupuesto para proporcionar certeza a las calificadoras y financieros. “Esto sería similar a un Fobaproa de largo plazo”, dijo.
Pemex y su deuda impagable
En el primer trimestre de 2025, la deuda total de Pemex rondaba los 2.45 billones de pesos, lo que equivale aproximadamente al 14 % del total de la deuda pública nacional. Esta deuda se divide en dos grandes rubros: la financiera —de corto y largo plazo—, que asciende a cerca de 101,000 millones de dólares (2.05 billones de pesos).
Mientras que la deuda con proveedores se estima en 20,000 millones de dólares (alrededor de 405,000 millones de pesos), aunque podrían existir entre 200,000 y 300,000 millones de pesos adicionales que no están registrados formalmente.
En días pasados, la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac) advirtiera que, a partir de julio, una parte significativa del sector dejaría de operar. “Atravesamos una crisis sin precedentes, propiciada por la falta de pagos de nuestros servicios”, destacó su presidente, Rafael Espino de la Peña.
Impacto en las finanzas públicas
Los vencimientos de la deuda de Pemex se acercan, e implican 6,400 millones de dólares para este 2025 y para 2026 más de 18,000 millones.
César Rivera explicó que, actualmente, Pemex paga una tasa de interés cercana al 12 % debido a su alta deuda y mala calificación crediticia. Sin embargo, si el gobierno asume el 50% de su deuda, —como está pronosticado en reportes periodísticos—, la petrolera mejoraría su perfil financiero y podría acceder a financiamiento con tasas más bajas (hasta el 4%).
No obstante, ese riesgo se trasladaría al gobierno federal, lo que podría afectar su calificación y elevar el costo de su propia deuda. “Esto se debe a que la deuda de Pemex está clasificada como bonos basura, es decir, de calidad especulativa, por las agencias de calificación. Una deuda de esta naturaleza sugiere un mayor riesgo de incumplimiento, lo que puede provocar una revisión a la baja de la calificación crediticia del país”, refiere un estudio del CIEP.
Rivera señaló que, si el gobierno asume parte de la deuda de Pemex sin una reforma fiscal que incremente los ingresos, esto “tendría en aprietos todavía más a las finanzas públicas”. Además, los ingresos petroleros han disminuido y se espera que sigan cayendo.
Similitudes de Pemex con el caso Fobaproa
A finales de los años noventa, el gobierno intervino en el sector bancario mediante el Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), tras una crisis provocada por la mala gestión y regulación de los bancos. Esta intervención consistió en absorber pasivos bancarios, comprar cartera vencida y recapitalizar instituciones financieras, convirtiendo más de 552,000 millones de pesos de aquella época (equivalentes a 2.3 billones de pesos actuales) en deuda pública.
Este rescate representó en 1999 el 10.8% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y, a la fecha, aún representa al 2.9%. En comparación, la deuda actual de Pemex constituye el 5.7% del PIB vigente, según expertos.
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