En septiembre pasado, Moody’s mejoró la calificación de Pemex, al pasarla de 'B3' a 'B1', con una perspectiva estable, debido a “un mayor compromiso del Gobierno de México” para respaldar las obligaciones financieras de la petrolera estatal, pieza clave en la economía nacional.
Fitch advierte que Pemex continúa enfrentando serios retos operativos y financieros, ya que su perfil crediticio independiente se mantiene en “CCC”, reflejando pérdidas continuas y una elevada carga de deuda.