Las medidas económicas anunciadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para paliar la crisis generada por la pandemia del COVID-19 decepcionaron a algunos agentes económicos, pero lo cierto es que la economía mexicana carece de todas las herramientas necesarias para implementar una política contracíclica.
López Obrador anunció el domingo algunas medidas para impulsar la economía, sin embargo, quedaron por debajo de las expectativas del consenso de los economistas, que esperaba un amplio paquete de apoyos tanto para empresas –principalmente pequeñas y medianas– y para la población de menores ingresos, que es la más afectada en momentos de crisis.
Para los economistas, el plan de AMLO con aproximadamente 158,000 millones de pesos para combatir las consecuencias económicas del coronavirus resultó muy poco.
México carece de poder contracíclico en su política económica (fiscal y monetaria) por su naturaleza propia. En la fiscal, porque nunca ha generado ese poder en épocas de auge para usarlo en tiempos de crisis. Un problema crónico de la política fiscal es su naturaleza procíclica, es decir se gasta más (en lugar de ahorrar) cuando a la economía le va bien, y echa mano de recortes al gasto cuando la crisis desploma los ingresos y el gobierno no tiene ahorros
comentó Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics para América Latina.
En cuanto a la política monetaria, Coutiño indicó que esta tiene la limitación de su mandato único, el cual no le permite a Banco de México dedicarle la misma atención a la economía que a la inflación, por lo que en época de crisis, el repunte inflacionario la obliga a hacerse restrictiva para cumplir su mandato antinflacionario y contribuir a la estabilidad financiera.
Luego de las críticas a su anuncio, el presidente López Obrador dijo el lunes en su conferencia que si las medidas que presentó no funcionan, las corregirá.
Arturo Herrera, secretario de Hacienda, dijo en una conferencia virtual con la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados que no descarta implementar más medidas de apoyo para la economía.
Mientras tanto, las corredurías internacionales han ido recortando sus expectativas de crecimiento económico en los últimos días.
Tan solo Barclays ha degradado su pronóstico dos ocasiones en el año y espera una contracción de 5% este año; Fitch Ratings recortó ayer su expectativa a -4.5%, debido a un margen fiscal limitado y ante la caída de los precios del petróleo.
En estes escenario, algunos especialistas indican que si bien México no tiene un amplio margen para impulsar a la economía, en el mediano plazo resultará peor no implementar medidas de mayor apoyo.
México no tiene tanto espacio en materia fiscal como otros países, pero es importante recordar que, con el poco margen, el costo de no hacer nada puede ser mayor en materia de crecimiento, de desarrollo y también en finanzas públicas
comentó Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve por Más.
Para Saldaña, en la medida en que la economía mexicana se recupere más rápido, esto hará que el gobierno tenga una mayor recaudación en el futuro, por lo que podría adquirir un poco más de deuda en el corto plazo, lo cual es entendible ante las condiciones actuales en las que Hacienda recibirá menores ingresos debido a la debilidad económica y la caída en los precios del petróleo, pero ante la necesidad de estimular la economía y generar una recuperación lo más rápido posible sería lo adecuado.
En este sentido, Hacienda ya recortó su estimación para los ingresos presupuestarios, y ahora espera 5.23 billones de pesos, desde un estimado de 5.52 billones.
Para los ingresos tributarios prevé una recaudación de 3.35 billones, esto es, 154,982 millones de pesos menos, según los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2021, esto al considerar un PIB de -2.9%.
Aunque para Jonathan Zuloaga, asesor macroeconómico y de mercados de Columbus de México, históricamente cuando los gobiernos de México han incrementado el nivel de deuda vendiendo la idea de rescatar a un sector o incrementar el gasto a un rubro, no termina por reflejarse en el crecimiento de la economía.
Podemos ver el crecimiento que hubo en la razón Deuda/PIB entre la administración de Calderón y de Peña Nieto, empezó a llegar a niveles de 50% respecto al PIB, niveles que le empezaron a preocupar a las calificadoras y el crecimiento no se vio porque hubiera más deuda ni porque se hubiera incrementado el gasto
dijo Zuloaga.
Los especialistas coincidieron en que la falta de un estímulo fiscal fuerte y la idea de reforzar la austeridad, representan un mayor riesgo de que la economía sufra una mayor caída y la recuperación tarde más en llegar.
“Ante este escenario, que no sería diferente a los episodios de crisis del pasado, la economía sufriría un doble golpe: uno del exterior y otro de la política restrictiva, con lo cual la caída del PIB podría estar entre 4% y 5% en 2020. Dado que Estados Unidos se espera que se recupere hacia finales del año, la economía mexicana podría salir de la recesión hacia inicios de 2021”, comentó Coutiño.