Los niveles de pobreza y pobreza extrema en México mostraron un repunte de 2018 a 2020, que refleja en parte el impacto de la crisis económica por el COVID-19 del año pasado y que aún persiste en los hogares del país.
De 2018 a 2020, la pobreza en México pasó de 51.9 millones de personas a 55.7 millones, que representa el 43.9% de la población del país, de acuerdo con las estimaciones de pobreza multidimensional que elabora el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Una persona en situación de pobreza es cuando tiene al menos una carencia social (rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias, de acuerdo con el Consejo.
El Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide) había estimado que al cierre del 2020, había 63 millones de mexicanos en pobreza y 67 millones hasta el primer trimestre de 2021.
Mientras que la población en situación de pobreza extrema subió de 8.7 a 10.8 millones de personas, que significó el 8.5% de la población en pobreza.
Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana
según el Consejo.
El Coneval señaló que bajo el contexto de la crisis sanitaria por el COVID-19 el objetivo de este estudio no es calificar la efectividad de los programas, acciones e intervenciones del gobierno, sino para identificar avances y retrocesos del desarrollo social y grupos de atención prioritarios para los tres órdenes de gobierno.
Servicios de salud, con el mayor aumento de las carencias sociales
Para determinar el nivel de pobreza de las personas, el Coneval evalúa seis carencias sociales: educación, salud, seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda, y acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
De estos seis, el mayor cambio entre 2018 y 2020 se observó en la carencia por acceso a los servicios de salud, con un aumento de 16.2% a 28.2%, con un total de 35.7 millones de personas.
En Oaxaca, Guerrero y Chiapas se reportó el mayor salto en la carencia por acceso a los servicios de salud, muestran los datos del Coneval.
La carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad subió 0.3 puntos porcentuales a 22.5% de la población, con un total de 28.6 millones de habitantes.
Mientras que en rezago educativo se reportó un aumento de 19% a 19.2% de la población, de acuerdo con el Coneval.
En contraste, se notó una reducción en la carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda de 19.6% a 17.9% de la población, con 22.7 millones de personas.
De igual forma, en la carencia por calidad y espacios de la vivienda hubo una disminución de 11% a 9.3% de la población, hasta 11.8 millones de habitantes.
También, la carencia por acceso a la seguridad social se redujo de 53.5% a 52%, con 66 millones de personas.