Rodrigo A. Rosales 

El turismo fue el sector más afectado por la pandemia de COVID-19 y si bien, el Producto Interno Bruto (PIB) turístico de México mostró un fuerte rebote en el segundo trimestre del año, aún es insuficiente para llegar a los niveles que se tenían antes de la emergencia sanitaria. 

Según datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el PIB del sector turismo del país aumentó 52.2% a tasa anual en el periodo abril-junio de este año, la mayor variación registrada, tras seis trimestres con caídas al hilo.

Sin embargo, esta tasa de 52.2% no compensa las pérdidas generadas en el sector turístico por la contingencia sanitaria que paralizó a comercios y servicios.

Al comparar el PIB de esta rama económica con su cifra del segundo trimestre del 2019, periodo prepandemia, da una contracción de 19.6%, muy por debajo de una recuperación plena, y más al considerar que el PIB total nacional solamente le falta 2.8% para alcanzar su nivel prepandémico. 

Turismo, golpeado desde 2019

El turismo ya presentaba mermas desde antes de la pandemia, pues comenzó a exhibir contracciones desde el segundo trimestre del 2019 (a excepción del tercer trimestre de ese año), como consecuencia, principalmente, de las decisiones tomadas por el gobierno federal, como el cierre del Consejo de Promoción Turística de México, por lo que la contingencia sanitaria solo agudizó el problema.

La pandemia paralizó totalmente la movilidad social en abril y mayo del 2020 y después de terminar la jornada nacional de sana distancia, la reactivación ha sido intermitente por los rebrotes y cambios en los semáforos estatales epidemiológicos.  

Al interior del PIB turístico, el rubro de bienes creció 57.6% en el segundo trimestre del 2021, con ajuste estacionario, tras descensos anuales de forma consecutiva, aunque en relación a igual lapso del 2019, muestra una disminución de 21.1%; en tanto, el de servicios ascendió 51.3% contra el 2020 y se desplomó 19.1% frente a hace dos años.

En cuanto al indicador del consumo turístico interior, que corresponde a los gastos que realizan los turistas en sus viajes en el territorio del país, este también llegó a máximos históricos al aumentar 62.1% anual en el segundo trimestre del año en curso, con un previo de cinco desplomes al hilo, pero en comparación con el mismo periodo del 2019, el resultado es una variación negativa de 20.5%.

Dentro del consumo turístico interior, sobresale que el gasto receptivo incrementó 645.9% a tasa anual desestacionalizada, no obstante, todavía está 27.2% por debajo de su nivel prepandémico.