El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos desaceleró más de lo previsto en el primer trimestre de 2023 a pesar del aumento del gasto de los consumidores, y se prevé que la actividad se modere aún más a medida que se extiendan los efectos de los aumentos de las tasas de interés.
De acuerdo con la estimación inicial del Departamento de Comercio, la economía de Estados Unidos aumentó sólo 1.1% anual en los primeros tres meses del año, por debajo de la previsión de 2.0% de los economistas encuestados por Reuters.
En el cuarto trimestre de 2022, la economía estadounidense creció a un ritmo del 2.6% anual.
A pesar de la ralentización, que refleja sobre todo el lastre de la débil inversión en inventarios, la Reserva Federal (Fed) está en vías de subir las tasas de interés otros 25 puntos base la semana entrante.
Desde el pasado mes de marzo, la Reserva Federal ha elevado sus tasas de interés en 475 puntos base, desde un nivel cercano a cero hasta el actual rango de 4.75% a 5.00%.
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Persisten temores por recesión
Aunque la economía no estaba en recesión el trimestre pasado, el panorama ahora es muy diferente.
Las condiciones crediticias se han endurecido tras las recientes turbulencias de los mercados financieros, lo que, unido al ciclo de alzas de tasas más rápido de la Reserva Federal desde los años ochenta, ha aumentado los riesgos de recesión para el segundo semestre del año.
Tras el repunte de enero, que los economistas atribuyeron a un tiempo inusualmente benigno y a las dificultades para ajustar los datos a las fluctuaciones estacionales, los informes económicos han adoptado un tono más débil, con caídas de las ventas minoristas en febrero y marzo.
Aun así, el gasto de los consumidores creció a un ritmo mayor en el periodo enero-marzo que el modesto 1.0% registrado en el cuarto trimestre.
El gasto de los consumidores, que representa más de dos tercios de la actividad económica estadounidense, se ve respaldado por un mercado laboral ajustado, caracterizado por una tasa de desempleo del 3.5%.
