Italia López, Itzel Castañares, Jessika Becerra, Naela Hernández, Josie Palma, Montserrat Galván y Elizabeth Albarrán

La pandemia del COVID-19 cambió el escenario bajo el cual se movía el mundo y evidenció una vez más la vulnerabilidad en el que se encuentran las mujeres y las batallas que deben enfrentar no solo en el campo laboral, sino también en las responsabilidades domésticas y en su cuidado emocional.

EL CEO entrevistó a diez mujeres que se desempeñan en diferentes campos laborales como el financiero, energético, deportivo, salud y educativo, para conocer cómo han enfrentado la falta de equidad de género en sus empleos antes y durante la crisis sanitaria. 

Al cierre de 2021, más de 22.3 millones de mujeres participaron en el mercado laboral mexicano. Sin embargo, el 43.8% se ubicó en la informalidad, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

De las 22.3 millones de mujeres ocupadas, 64.6% percibió hasta dos salarios mínimos, que en 2021 representaron 8,502 pesos mensuales. Y solo 1.6% de este universo, pudo percibir más de cinco salarios mínimos (21,255 pesos mensuales).

Equidad de género es artificial en los altos mandos

En pleno siglo XXI todavía existen sectores laborales donde es casi invisible la participación de las mujeres en cargos directivos o áreas de toma de decisiones. 

De hecho, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó a 157 empresas que cotizan tanto en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) como en la Bolsa Institucional de Valores (Biva) y encontró que solo cuatro firmas tienen una directora general.

Es muy importante reconocer que existe un problema de paridad de género en las instituciones financieras; se debe tener un compromiso desde las direcciones para cambiar esta realidad y esto a quienes somos mujeres aplica tanto en lo personal como en lo institucional

expresó Galia Borja, subgobernadora de Banco de México en una videoconferencia para presentar el reporte trimestral del 2021. 

Puedes leer: La mancha del sexismo permea en los servicios financieros 

En los casi 50 bancos que cuentan con licencia para operar en México, únicamente dos son presididos por una mujer; lo mismo sucede en las diez Afores que conforman el mercado, pues ninguna está dirigida por una mujer.

De las 22.3 millones de mujeres ocupadas, el 42% se encuentra en el sector de comercio y manufactura; mientras que el 7.4% en servicios profesionales, financieros y corporativos.

Para evidenciar la falta de equidad de género, vale la pena referir una reciente reunión que tuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador con los representantes más importantes del sector financiero y empresarial, en donde había 16 hombres y una mujer: Sofía Belmar, presidenta de la AMIS. 

Equipos diversos dan mejores resultados 

Anna Raptis, fundadora y Managing Partner de Amplifica Capital, comentó que en México, menos del 10% de las personas que toman decisiones del capital emprendedor son mujeres, a pesar de que se ha demostrado que los equipos diversos tienen resultados superiores en rendimiento, innovación y rentabilidad. 

 Hay pocos fondos con mujeres líderes, lo que es importante para mí es que existan mujeres socias, porque son los socios los que ponen las reglas. Cuando alguien dice que el 50% de las personas que trabajan en el fondo son mujeres, me da igual, yo quiero ver que tengan mujeres líderes

afirmó Anna Raptis.   

Este panorama se da en un contexto en el que el 44.7% de las 22.3 millones de mujeres ocupadas destinan entre 35 a 48 horas de trabajo a la semana.

Para Janna Boltvinik, Managing Partner de Capital Invent, es sorprendente que “las decisiones de inversión las estén tomando puros hombres para un mundo donde somos mitad mujeres y mitad hombres”. 

Sector energético, dominado por hombres 

Rosanety Barrios menciona que en su trayectoria como analista y consultora del sector energético, las oportunidades para las mujeres son muy limitadas.  

Dentro de CFE y Pemex laboran mujeres, pero no tienen las posiciones más altas; y con freno a la inversión privada, las que sobresalen son las mismas de siempre. No hay nuevas

Un claro ejemplo de lo que expone Barrios es esta foto de la cuenta de twitter de la CFE, en la que  aparece su director general, Manuel Bartlett frente a una mesa rodeada de puros directivos hombres y donde la ausencia de mujeres es más que evidente.

Con relación a las situaciones que ha enfrentado al laborar en un sector dominado por hombres, comenta: “Ser mujer es vivir prácticamente invisible, implica hacer un esfuerzo adicional permanente para que te vean y te escuchen”. 

“No he tenido una experiencia. He tenido miles, donde no me han saludado, donde me brincan estando en una mesa, donde he estado dirigiendo una mesa de trabajo y los hombres no me miran cuando responden”.

Para Susana Cazorla, socia fundadora de SICEnrgy y ex titular de la Unidad de Gas de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la lucha laboral empieza por tratar de controlar los pensamientos de inferioridad y por buscar en las demás mujeres alianza y apoyo mutuo.  

Cazorla comparte que sí ha tenido experiencias en la que la han hecho sentir menos por ser mujer y sucedió cuando la contrataron como directora en la Secretaría de Energía para los temas de distribución de gas LP (2008).

En un evento del sector energético donde era la única mujer y realizaba mi presentación, varios de los empresarios hicieron comentarios al aire como ‘me sirves de comer’, ‘te llevo en mi helicóptero’, ‘tú deberías salir en una revista del Hola’, ‘por eso no te vas a casar’

Me costó mucho entrenamiento mental para no tomarlo personal, no reaccionar, pero al mismo tiempo no sentirme intimidada y lograr que después de varios años, se dirijan hacia mi persona de manera profesional y respetuosa, comparte la especialista.

Machismo, un virus más dañino que el COVID-19

Si bien el COVID-19 es un virus que ha arrasado con la vida de miles personas, el machismo bajo el cual se rige la sociedad, también es muy dañino para el desarrollo y crecimiento profesional de las mujeres.

Gabriela León, CEO de Gresmex, creadora de una nanomolécula que elimina virus, bacterias y hongos, platica que la pandemia del COVID-19 fue un desafío más en su camino al momento de querer vender sus productos, ya que se encontró con mentalidades muy limitadas.

 Llegar a vender a una institución muy grande donde mi competencia eran hombres, la respuesta era ‘no, porque eres mujer y contigo no puedo ir a una de estas discotecas de chavas ni al fútbol americano’. Ante ello, mi respuesta fue ‘el que yo sea mujer o ellos hombres tampoco te da derecho a pedir esas cosas. Es un tema de compras y debemos tener el piso parejo para vender el tipo de producto que sea

Pese a este tipo de comentarios, la ingeniera bioquímica incrementó la popularidad de sus productos desinfectantes y antisépticos, comercializados bajo la marca Éviter, que los llevó a expandir la capacidad de su planta y duplicar la plantilla laboral.

Como cabeza de su empresa, León comenta que busca ofrecer oportunidades de crecimiento y facilidades para todo el equipo, con el fin de que, por ejemplo, las responsabilidades familiares no se recarguen en las mujeres.

“Hay que romper estereotipos y romper el techo de cristal, porque las mujeres debemos tener los mismos derechos y por supuesto que tenemos el mismo potencial”.

Deportes, otra de las luchas (casi) interminables

Uno de los sectores más dominados por la presencia varonil es justamente el de los deportes, el cual todavía se resiste a reconocer y aceptar la exclusión que han hecho hacia las mujeres. 

En México, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) sancionó a 17 Clubs de la Liga MX y a la Federación Mexicana de Fútbol por ‘un pacto entre caballeros’ que impedía que las mujeres futbolistas tuvieran mayores salarios que los hombres. 

Son muy pocas las mujeres en este país que pueden dedicarse totalmente al fútbol. La mayor parte de ellas tiene que gestionar recursos de otras fuentes; incluso hay quienes tienen otro tipo de trabajos informales porque deben tener tiempo para los entrenamientos o hacer viajes entre semana

platica Claudia Pedraza, investigadora especializada en Género y Deporte.

El informe más reciente del Global Sports Salaries Survey revela que una mujer futbolista profesional en México gana en 2,500 pesos mensuales, mientras un hombre en el mismo nivel gana en promedio alrededor de 538,000 pesos al mes. 

Para Nathalie Moutet, directora de la Organización Mexicana de Automovilismo Internacional (OMDAI), el automovilismo es de los deportes que ofrecen mayores posibilidades de equidad de género. Sin embargo, datos de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) muestran que apenas 1.5% de los pilotos registrados a nivel global son mujeres –en México la cifra es 7%, según la OMDAI– y la última que compitió en un Gran Premio de la Fórmula 1 fue Lella Lombardi en 1976.

Deserción escolar con rostro mujer

Una de las consecuencias más visibles que dejó la pandemia fue la deserción escolar, la cual se observó principalmente en las mujeres, pues en ellas recae el trabajo doméstico y el cuidado de algún familiar enfermo. 

La deserción escolar es un flagelo que tiene nombre de mujer y el tema del cuidado del hogar es de los principales factores por los que las mujeres no continúan su preparación profesional

expone Sandra Martínez, directora de la EBC Campus Aguascalientes.

Otra de las razones por las cuales las mujeres no prosiguen con su preparación tiene que ver con los procesos de selección y reclutamiento, ya que al ver que no cubren con el perfil, ellas mismas se descartan, dice Paola González, jefa de desarrollo profesional a nivel Rectoría de la EBC.

  Cuando las candidatas son llamadas a las entrevistas y no cuentan con los estudios suficientes desde las fases iniciales de los procesos, ellas mismas se van descartando de los procesos de selección. 

 afirma.

Mujeres: ¿y su salud?

En México, de las 22.3 millones de  mujeres ocupadas, solo el 39.4% tuvo acceso a los servicios de salud; mientras que 60% no lo tuvo y 0.6% de las encuestadas no especificó. 

A raíz de la pandemia, los pocos pasos que se dieron para la inclusión de las mujeres en el campo laboral se perdieron, y esto a su vez afectó la salud mental de las trabajadoras. 

Históricamente el encierro trajo más repercusiones para las mujeres porque en México se tiene la cultura o percepción de que las mujeres sabemos resolver cosas de la casa;  entonces recae en nosotras las responsabilidades domésticas solo porque ‘nos toca’ esta tarea

explicó Anabel Tapia Ordoñez, psicoterapeuta especialista en Psicología Humanista de la Clínica de Atención Psicológica Integral (CAPI).

Tapia comentó que en el 2020 mermó mucho la salud emocional de las mujeres, ya que regularmente las consultas terapéuticas que ella brinda son para varones, sin embargo, en el primer año de pandemia la situación cambió, pues casi el 70% de las personas que acompañó terapéuticamente eran mujeres y de ese porcentaje, el 40% recurrió por temas relacionados al estrés.

En medio de este mundo polarizado, es necesario entender que la exclusión de las mujeres y la falta de equidad de género es un problema multifactorial y tiene que venir de arriba hacia abajo para deconstruir a una sociedad que aspire a una sociedad más justa e incluyente.