Entre 2015 y 2018, México mejoró su desempeño en el Índice de Mejores Trabajos, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual mide cómo son los empleos de los países a través de dos indicadores: la calidad y la cantidad, siendo en este último en el que registró la mejor evolución.

No obstante, aunque en cantidad el país se mantiene por encima del promedio de América Latina, en cuanto a calidad se encuentra en la decimosegunda posición, muy por debajo del promedio regional.

La dimensión de cantidad está compuesta a su vez por dos indicadores: la tasa de participación laboral y la de ocupación, de acuerdo con el BID, quien desarrolla el análisis.

La de calidad se construye con las tasas de formalidad y de trabajos con salario suficiente para superar la pobreza.

De acuerdo con el reporte, México tuvo una leve mejora en los componentes de la dimensión de calidad, al mantenerse en la décima posición de formalidad laboral y en el decimocuarto lugar en el indicador de trabajos con salario suficiente para superar la pobreza.

Las puntuaciones del Índice van de cero a 100. Para que un país obtenga 100 puntos, todas las personas que participan en la fuerza laboral deben estar empleadas con un trabajo formal que les aporte un salario suficiente.

Mayor brecha

Sin embargo, según el indicador, México registra 53.9 puntos y se mantiene como uno de los países donde se observan mayores desigualdades entre hombres y mujeres en el mercado laboral.

México se mantuvo como el cuarto país con la mayor brecha de género en el Índice de Mejores Trabajos.

Este índice tuvo una leve disminución en valor absoluto al pasar de 27 a 25 puntos, dado por un aumento de la participación femenina.

El índice masculino alcanzó 66.9 puntos, mientras que el índice femenino se ubicó en 41.9 puntos.

La brecha de género en la dimensión de cantidad fue de 32.2 puntos, reduciéndose 4.3 puntos desde los 36.5 puntos que obtuvo en 2015, aunque la dimensión de calidad aumentó al pasar de 17.3 a 17.7 puntos.

El contexto

En 2018, la población en edad de trabajar ajustada fue de 74.3 millones, lo que significó un aumento de 6.8% con respecto a 2015, mientras que la fuerza laboral, es decir, la población ocupada y desocupada creció 11% a 57.3 millones de personas.

Asimismo, la población ocupada se incrementó en 6.3 millones de personas, es decir, un aumento de 12.8% a 55.5 millones de personas.