México y China son el blanco comercial de Estados Unidos, y ante los embates arancelarios del presidente Donald Trump, deberán replantear su relación comercial, aunque el proceso no se avisora sencillo.

Aunque los envíos de mercancías mexicanas a China van en aumento, el mercado del país asiático supone desafíos ante la lejanía y el proteccionismo de las autoridades.

El intercambio comercial entre ambos países al cierre del año pasado tuvo un valor de 90,939 millones de dólares, 12% más que en 2017, de acuerdo con datos de Banco de México (Banxico).

En la actualidad, México envía a China principalmente aguacates, moluscos, pescado, camarones, carne de bovino, cerveza, tequila, papel, cartón, circuitos eléctricos, cobre y aceite crudo de petróleo. China, en tanto, exporta mercancías de mayor valor agregado, como celulares, computadoras y sus componentes, y consolas de videojuegos.

En este sentido la balanza comercial de México con China es deficitaria. En 2018 el desbalance sumó 70,091 millones de dólares, un alza de 12.83% en comparación con 2017.

Las autoridades tienen que ser más serias en su relación con China, no deben voltear a ver el comercio con ese país solo cuando hay crisis con Estados Unidos. El gobierno tiene que ofrecer a China un plan con una visión a largo plazo, que permita el desarrollo comercial y de inversiones hacia 2035

Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México (Cechimex), de la UNAM.

La relación entre ambos países no ha resultado muy sencilla. México interpuso una controversia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por prácticas desleales en el comercio de textiles, calzado, vestido y juguetes en 2011. México acusó la subvaluación, triangulación de precios y ausencia de descripción exacta en artículos procedentes de China, que quedó resuelta en 2015.

México también participó en una controversia conjunta con Estados Unidos y algunos países europeos sobre algunas limitaciones que China imponía sobre sus exportaciones de materias primas como bauxita, coque, espato flúor, magnesio, manganeso, carburo de silicio, silicio metálico, fósforo amarillo y cinc, que se resolvió en noviembre de 2009.

En vías de un mayor acercamiento

México tiene oportunidad de emprender una nueva era comercial con China, la segunda potencia económica a nivel mundial.

En vías de un mejor acercamiento, las autoridades deberán determinar qué productos hechos en México tienen potencial de exportación hacia China, y delinear un plan para crear empresas conjuntas, con inversión de ambos países que fortalezcan sectores, como el manufacturero, en lugar de competir.

Los países pueden mejorar su relación y fortalecer sus mercados ante los desafíos del comercio internacional y las imposiciones de aranceles de Estados Unidos, de acuerdo con declaraciones de Luz María de la Mora, subsecretaria de Economía,

México es un país amigo y socio de China. Sabemos que con China, México puede ser más fuerte, y con México, China puede ser un país más fuerte

dijo Luz María de la Mora, en el Foro de Cooperación Económica e inversión entre México y China  el 4 de junio.

China y Estados Unidos libran una guerra comercial desde junio del año pasado, cuando Donald Trump impuso un arancel de 25% al acero y el aluminio.

Ahora, Trump amaga a México con imponer un arancel de 5% a todas las exportaciones a partir del 10 de junio, el cual sería gradual hasta alcanzar 25%, en caso de que las autoridades no detengan el paso de migrantes centroamericanos, que quieren llegar a Estados Unidos.

Para que China abra su mercado a México debe existir voluntad política, y no es sencillo aún con la situación con Estados Unidos. México, por su parte, tiene que habilitar un esquema de facilitación para los productos nacionales y financiar algunos proyectos productivos desde la banca de desarrollo

Adolfo Laborde, investigador de la Escuela de Negocios de la Universidad Anáhuac.