La cumbre del G20 de este año en Buenos Aires, Argentina, tendrá una particularidad: el primer día de la reunión, México tendrá un presidente y el último, otro.
La toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador cae justamente en la fecha en donde los mandatarios de las economías más grandes del mundo se reúnen para discutir temas de cooperación económica, financiera y política.
Este es el motivo por el que incluso varios de los invitados internacionales a la toma de protesta el 1 de diciembre no asistirán.
Enrique Peña Nieto, quien entregará el sábado, firmará el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) durante el primer día de la cumbre. Sin embargo, debe regresar a México cuanto antes, por lo que la delegación mexicana que encabeza no estará para presentar el documento final.
“El G20 ya está atento a que el presidente tiene un protocolo del que no puede ausentarse”, dice Eduardo Reyes, director de análisis de la consultoría Intélite, quien considera que “la prioridad es la firma del T-MEC y la transición”.
El experto cree que una toma de protesta tersa mandará un mensaje positivo a los mercados, que se han visto afectados durante el proceso de transición.
¿Qué pasa si México no está en la cumbre del G20?
Con el cambio de poderes, México no podrá estar presente los dos días del encuentro, que este año tiene como temas centrales el futuro del trabajo y la infraestructura para el desarrollo.
“Se va a perder un espacio de coordinación donde México ha jugado un papel protagónico por la posición que juega en términos geopolíticos, pero ninguno de esos temas es tan relevante como la transición del poder local”, señala Reyes.
Los acuerdos que se tomarán en la reunión establecerán en agendas de mediano y largo plazo en donde México ya ha participado y retomará en la nueva administración.
Para Carlos Heredia, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), la ausencia de México no será decisiva en la reunión del G20, debido a que el país no tiene una agenda proactiva a nivel regional.
“No es que nos estamos quedando fuera o dejemos de plantear ideas estratégicas por estar solo el primer día. México no se ha distinguido, ni siquiera, por articular una agenda compartida entre sus socios”, dice.
De acuerdo con Reyes, al gobierno actual no le ha ido bien en estas reuniones, pero “México siempre ha sido de los (países) consentidos” del grupo de los 20, debido a su ubicación geográfica, a su plataforma de ensamblaje para el comercio internacional y a la política exterior de puertas abiertas.
El G20 está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
En conjunto, estos países aportan 85% del producto bruto global y representan 80% de las inversiones, 75% del comercio internacional y 66% de la población mundial, informa la página web del grupo.
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