El consumo privado, que representa cerca de dos terceras partes del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y es el principal motor de la economía mexicana, presentó señales de estancamiento. Ni siquiera el Buen Fin, uno de los eventos comerciales más esperados del año, ayudó a impulsar el crecimiento.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) reportó en octubre una contracción de 0.08% a tasa mensual, mientras que en noviembre, la tasa de variación fue nula, con un 0.00%, lo que refuerza la preocupación sobre el freno en este componente clave de la economía.
Estos resultados se suman a la caída del 0.28% registrada en septiembre, acumulando así dos meses consecutivos de retrocesos en el consumo privado.
Al respecto, el Monitor de Consumo de BBVA detalla que la situación del consumo privado en México en la última parte del año se da en un momento de desaceleración del empleo formal y menor poder adquisitivo de las familias.
Incluso, la institución financiera estima que “el crecimiento del consumo podría perder terreno en los próximos trimestres si la desaceleración del empleo formal no se revierte (de acuerdo con los datos del IMSS, la masa salarial real creció 5.6% en noviembre, su menor cifra desde diciembre de 2021, con cifras ajustadas por estacionalidad)”.
‘Flojo’ Buen Fin
Si bien eventos como el Buen Fin están diseñados para dinamizar el gasto, los datos sugieren que los hogares están priorizando el ahorro o enfrentan dificultades para aumentar su consumo.
El IOCP es considerado un termómetro adelantado del bienestar económico de los hogares, y una herramienta que estima el comportamiento del consumo privado total con modelos econométricos para los dos meses posteriores a las cifras oficiales.
Aunque las estimaciones se realizan tanto en series originales como desestacionalizadas, solo estas últimas se reportan, permitiendo una comparación más precisa al eliminar factores estacionales.
La desaceleración reportada no solo afecta la percepción del bienestar económico, sino que también podría tener implicaciones para otros sectores dependientes del consumo interno, como el comercio y los servicios.
Crecimiento anual débil del consumo
A tasa anual, el indicador mostró un crecimiento del 1.93% en octubre y del 1.49% en noviembre.
Sin embargo, estas cifras refuerzan una tendencia preocupante: desde junio, cuando el crecimiento alcanzó un pico de 3.39%, no se ha logrado superar el umbral del 3%.
Lo que refleja que, aunque el consumo sigue creciendo, lo hace a un ritmo más lento.
Factores de riesgo
Para BBVA, la economía en su conjunto enfrentará un panorama retador para 2025, en un entorno de incertidumbre respecto a las nuevas políticas comerciales de Estados Unidos, que se suma a las recientes modificaciones al sistema judicial.
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