Italia López y Miguel Moscosa

Las vacaciones de Semana Santa de este año serán las más caras para los hogares mexicanos por lo menos en la última década, pues destinarán mayores recursos a los bienes y servicios de mayor consumo en esta temporada vacacional, como el transporte y el hospedaje. 

Pese a ello y reconociendo el alza en los precios por esta temporada, los mexicanos se muestran dispuestos a asumir el impacto en su cartera, luego de dos años marcados por restricciones de movilidad por la pandemia de COVID-19.

Tan solo el segmento de transporte aéreo presentó en marzo una inflación anual de 40.7%, la más alta para un mismo mes desde 2011, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).  

La misma situación se observó en hoteles, moteles y similares, en donde la inflación anual en el tercer mes del año fue de 11.7%, la primera de doble dígito desde que se tiene registro para igual mes.

A esta lista de altos precios se suman las agencias de viajes y servicios de reservaciones, que reportaron una inflación de 19.9% anual en marzo, de igual forma la más elevada para un mismo periodo desde 2011.

Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico en Monex, precisó que si bien el repunte en estos servicios se dio ante la proximidad de las vacaciones, de manera generalizada la inflación de 7.45% anual en marzo fue la más alta desde 2000.

Podríamos ver cierta desaceleración en abril y mayo, pero en junio veríamos otro repunte por las vacaciones de verano, lo cual está asociado a una mayor demanda

agregó Quiroz

Viajes más económicos

Quiroz refirió que las familias mexicanas que saldrán estos días evaluaron su situación, e incluso, pudieron optar por destinos sin incurrir en gastos mayores que impliquen un viaje en avión o trasladarse a un sitio alejado al lugar de residencia.

Con la renta disponible se ve complicado el que se puedan dar estas vacaciones, porque el resto de bienes y servicios subió de manera considerable en marzo. La demanda será más cercana a las ciudades, con la tarea de ahorrar en el transporte y la idea de no gastar en gasolina

dijo la subdirectora de análisis económico en Monex

Francisco Madrid Flores, director del Centro de Competitividad Turística (Cicotur) de la Universidad Anáhuac, explicó que ante el alza en precios, más que cancelar planes de viaje, el mercado nacional suele tener un comportamiento de reacomodo en sus prácticas.

Es una suerte de efecto dominó: si llegaban a hoteles de cinco estrellas, ahora llegan a hoteles de cuatro. Los que viajaban fuera del país, a lo mejor viajan a destinos de playa de perfil internacional en México, y así sucesivamente

dijo el académico 

El ánimo de los vacacionistas para viajar en los próximos 12 meses se encuentra prácticamente en niveles prepandemia, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor, cuyo indicador se ubicó en 30.075 puntos en marzo, apenas 0.19 puntos por debajo del dato de marzo de 2020, mes en que apenas iniciaba la contingencia sanitaria en México.

Impacto a mediano plazo

Si bien el impacto de la inflación elevada no será tan notorio en los resultados del sector turístico en esta temporada vacacional, sí podría resentirse en el verano, especialmente si se suman factores como la propagación de nuevas variantes de coronavirus.

Las nuevas variantes que hemos visto, al menos desde China o Europa, no llegan todavía, pero esperemos que en México no sea la ola retrasada que venga aquí. Creo que vamos a resentirlo más si las cosas no mejoran en el bolsillo de la gente para mitad de año

mencionó Ariel Juárez, director general de Brain Analytics y especialista en turismo

Por su parte Madrid Flores, de Cicotur, agregó que la presión de la población tras el encierro ha provocado las ganas de salir a vacacionar, lo que es notorio en la demanda de este año.

No obstante, si bien reconoce que quizá no es a los mismos niveles de prepandemia, sí se verá un cambio relevante.