Uno de los indicadores del mercado laboral deberá actualizarse o desaparecer debido a que los recientes incrementos al salario mínimo imposibilita un análisis adecuado a lo largo del tiempo, coincidieron especialistas.

Se trata de la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación (TCCO) que publica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) cada mes y refiere a condiciones inadecuadas respecto al tiempo de trabajo e ingresos o una “combinación insatisfactoria de ambos”.

Desde hace poco más de 10 años el ahora subgobernador de Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, ha instado al Inegi a que se replantee la metodología o descontinuar su publicación y aunque “la idea conceptual es buena tiene fallas importantes”.

La tasa de condiciones críticas de ocupación busca cuantificar el trabajo precario, que en nuestro país es un problema mucho más serio (…) De entrada, las características que definen una ocupación como de condiciones críticas es algo arbitrario

escribió Heath en el libro ‘Lecturas en lo que indican los indicadores’.

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A este debate se sumó recientemente el presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), Luis Munguía al considerar que es una tasa “desactualizada que ha dejado de medir correctamente la precarización laboral”.

El problema consiste en que cada vez hay más trabajadores que ganan el salario mínimo, pero este está cambiando radicalmente en estos años, por lo que no es comparable año con año

dijo Munguía en su cuenta de Twitter.

El salario mínimo, el meollo del asunto

Desde 2019, el gobierno federal ha incrementado el salario mínimo hasta los 260.34 pesos en la zona libre de la frontera norte y en 172.87 pesos en el resto del país, por lo que resultaría en un incremento en los ingresos de los trabajadores, de acuerdo con el nivel de salarios que ganan cada mes.

Ante esta serie de aumentos al salario mínimo, la directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller, resaltó que no se puede ir más allá del dato presentado porque no se puede comparar con los anteriores.

Lo malo con este indicador es que no se puede comparar a través del tiempo y nadie lo usa. Los indicadores del mercado laboral los tendríamos que ver todos en conjunto, porque si vemos solo uno, por ejemplo la tasa de desempleo, es una razón y nos podemos quedar con una idea equivocada

dijo Siller en entrevista.

Por ejemplo, hasta enero la TCCO fue de 31.2% de la población ocupada, su mayor nivel desde que se tiene registro, pero el Inegi omite el porcentaje del mismo mes de un año antes debido al cambio en los niveles de salario mínimo.

Un trabajador que en 2021 ganaba 150 pesos (entre 1 y 2 salarios mínimos), ahora gana 172.87. El Inegi lo clasifica como que empeoró su situación laboral porque ahora gana 1 salario mínimo. Conforme se incremente más el salario mínimo, más personas caerán en estos rangos, pero en realidad ganan más

planteó Munguía.

Una posible solución

El futuro de la TCCO tiene dos caminos que se actualice su medición o se deje de publicar. De la primera opción, Heath propone agregar un indicador de ingresos reales como el que elabora el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El Inegi debería descontinuar esta tasa tal como está definida y rediseñarla en términos de un indicador de ingresos reales más relevante, como podría ser el ingreso laboral mínimo necesario para adquirir la canasta básica que calcula el Coneval

según el subgobernador de Banxico.

De acuerdo con el Coneval, entre el tercer y el cuarto trimestre de 2021, el ingreso laboral real de los trabajadores a nivel nacional tuvo una disminución de 0.9% al pasar de 2,769.23 pesos a 2,745.32, respectivamente.

Siller sostiene que sería adecuado incluir la medición del Coneval, porque pone en perspectiva la situación de la pobreza laboral.

Cuando analizamos el mercado laboral vemos la pobreza laboral, que finalmente es el porcentaje de personas que trabajan y que con su sueldo no alcanza una canasta básica alimentaria, que es altísimo con 40.3% en el cuarto trimestre de 2021

dijo Siller.

Mientras que Munguía propone como solución utilizar rangos fijos de ingresos: “siempre comparar con el salario mínimo de un año”.