A partir de 2019, los contribuyentes de los municipios de la franja fronteriza del norte tendrán acceso a estímulos fiscales para reactivar la economía de la zona, la cual ha sido azotada por la violencia y la actividad del crimen organizado.
El paquete de estímulos se da por la vía de un decreto presidencial e incluye un recorte a la tasa del IVA de 16 a de 8%, mientras que el ISR se reducirá de 30 a 20% para personas morales y físicas con actividad empresarial. Hacienda calcula que el costo fiscal de este estímulo será de 19,600 millones de pesos para el IVA y 22,600 millones de pesos para el ISR.
En los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), Hacienda indica que, dado que hay una relación entre la violencia y la baja actividad en los municipios fronterizos, se ha generado un círculo vicioso entre estos factores, lo que justifica el apoyo gubernamental.
Por ejemplo, mientras que en 2015 en los municipios de la frontera norte la tasa promedio de homicidios era de 26.2 por cada 100,000 habitantes, en el resto del país la cifra era de 17.8. Para 2017 estas cifras fueron 50.4 y 26.3 para el resto del país, de acuerdo con datos del INEGI.
“Así como la disminución de oportunidades laborales facilita el desarrollo del crimen, la violencia afecta la producción de las empresas, el empleo y el ingreso de las familias”, se expone en los CGPE.
Durante 2010 y 2015, de acuerdo con cifras de los censos económicos del INEGI, el PIB per cápita de municipios fronterizos disminuyó drásticamente, particularmente en General Plutarco Elías Calles, Sonora (45.6%), Sáric, Sonora (40.6%), Mexicali, Baja California (8%) y Reynosa, Tamaulipas (36.7%).
A lo anterior hay que agregar que los flujos migratorios tienden a establecerse en el lugar por periodos prolongados, lo que genera choques al mercado laboral de la región.
¿Generará evasión fiscal?
La reducción de los impuestos ha generado dudas entre los especialistas, dado que podría prestarse para la evasión fiscal.
Previo a la reforma fiscal del 2014, la zona fronteriza tenía un IVA de 11%. La tasa diferenciada se debía al contexto de consumo de las zonas fronterizas, en las que sus habitantes pueden trasladarse fácilmente al país vecino para comprar bienes a precios más baratos, pero algunas empresas aprovecharon la tasa más baja para construir esquemas de evasión y elusión fiscal.
Para esto vendían dentro del territorio nacional sus mercancías, pero las facturaban en la frontera norte, con lo que sus precios eran más bajos al tener un IVA inferior. Esta práctica también generó que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) endureciera los procesos de devolución de los saldos a favor del IVA, por lo que la forma que se encontró para revertirlas fue generalizar el impuesto con la reforma fiscal que entró en vigor en el 2014.
Si le quitas impuestos a una zona hay un efecto positivo, obviamente, pero es un punto de comparación erróneo decir: vamos a quitar impuestos porque va a estimular la economía. El problema es que tienes que compararlo contra el costo de oportunidad de lo que pierdes con ese estímulo
comentó Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En el caso del ISR, no todas las empresas tendrán acceso a este beneficio. Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, dijo que las empresas tendrán que registrarse en un padrón y tener limpio su historial fiscal para después obtener el beneficio, además de tener sus operaciones en la zona.
“Hay una minera que está en Sonora y tiene oficinas allí, ellos tampoco van a ser beneficiados, el padrón va a ser muy cuidado. Van a pagar y luego buscar el beneficio”, dijo Urzúa en su comparecencia en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
Mientras tanto, el CIEP estima que la medida de reducir el IVA de 16% a 8% resultaría en una posible pérdida recaudatoria de entre 51,277 millones de pesos hasta 55,163 millones. En tanto, disminuir el ISR de 30% a 20% podría generar un hoyo fiscal de 31,872 millones de pesos a 49,248 millones.
“Me parece un buen argumento (decir que estimulará la economía), pero no necesariamente es una justificación”, dijo Villarreal.