El 2024 representó luces y sombres para la industria de México, pues, por un lado, la minería y la manufactura se han convertido en lastres y, por el otro, la construcción ha jugado el papel de detonador económico.
Según datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la producción industrial del país apenas creció 0.95% a tasa anual en los primeros ocho meses de este año.
Este incremento fue el peor resultado, para un mismo periodo de comparación, desde 2020, cuando se contrajo 12.49% por la crisis económica y de salud originada por la pandemia.
El sector muestra retos y se espera que mantenga ligeras fluctuaciones con moderación en la construcción, de acuerdo con analistas de Monex.
En las manufacturas podríamos observar un avance mixto en las industrias relacionadas al transporte, plástico, y fabricación de productos derivados del petróleo
mencionaron los estrategas en una nota.
Hacia adelante, prevén que continuará como factor clave los anuncios de la nueva administración federal para la continuidad de los proyectos insignia, lo cual podría proporcionar elementos que impulsen el componente de la construcción, así como los anuncios de inversión de cierre de año.
Las alzas en la industria
Los cuatro grandes sectores industriales son manufactura, minería, construcción y generación de energía eléctrica. El motor fue la construcción con un alza de 7.33% en el lapso enero-agosto, cuyas tasas de crecimiento se han mantenido elevadas en los últimos años principalmente por las obras federales insignia.
A su interior, el mayor incremento se mostró en la construcción de obras de ingeniería civil, de 10.48%, que se refiere a grandes proyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico o el Tren Interurbano México-Toluca.
Además de la industria de la construcción, el sector de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final también subió su producción en 2.41%, la mayor variación desde 2017.
Minería, a la baja
En tanto, la minería se contrajo 2.64% anual en el periodo de análisis, siendo el peor resultado desde 2019, año que comenzó la gestión de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de México.
Dentro de la minería, las contracciones se dieron en extracción de petróleo y gas (5.41%) y servicios relacionados con la minería (9.37%), manifestando los bajos niveles de producción de energéticos en el transcurso del año.
Mientras el subsector de minería de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas, creció 6.12%, en línea con la recuperación de los precios internacionales de los metales.
Manufactura con retroceso
También la manufactura mexicana sufrió un descalabro en los primeros ocho meses del año en curso, al exhibir un retroceso anual de 0.35%, que al igual que el total industrial, representó la primera caída desde 2020.
De los 21 grandes subsectores manufactureros considerados, 15 desplomaron su producción, destacando con la mayor baja curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (15.07%).
Otras disminuciones importantes se dieron en fabricación de prendas de vestir, industria de la madera, industria del papel, industria alimentaria y fabricación de equipo de transporte.
Parques industriales, el impulso
Para el cuarto trimestre, el impulso seguirá centrado en la construcción de parques industriales, pues según la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), en 2024 se están construyendo 72 parques a nivel nacional (contra 50 en 2023 y 15 en 2019).
En el sector de manufacturas, analistas de Banorte esperan que la industria estadounidense continúe limitada ante retos como precios de insumos y debilitamiento de la demanda doméstica y externa.
Nos mantenemos cautelosos, esperando una tendencia lateral. Pese a lo anterior, vale la pena destacar el impacto positivo de las autopartes y el ensamblaje de automóviles
detallaron los estrategas un reporte.
Hacia el 2025, analistas del grupo financiero exponen que algunos subsectores podrían reactivarse, provocando un cambio de tendencia para la industria. En primer lugar, en la minería, añaden, la demanda internacional de energéticos y metales industriales podría mejorar si se materializa:
- Un resultado alentador de las medidas anticíclicas que China ha comenzado a implementar para reactivar su economía
- Mayor certidumbre para el ambiente de inversión en Estados Unidos tras la elección presidencial
- La reactivación de la demanda global impulsada por el ciclo acomodaticio de los bancos centrales
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